25 diciembre 2006

El Decamerón: Carpe Diem

Il decameron. Italia, 1971.

Director : Pier Paolo Pasolini

Guionista : Pier Paolo Pasolini, inspirándose en la obra de Giovanni Bocaccio

Intérpretes: Franco Cinti, Ninetto Davoli, Angela Luce, etc.

Temáticas de interés : Adulterio, sexo esporádico

Sinopsis:

Un grupo de monjas seduce a un joven sordomudo al que han acogido para que lleve a cabo trabajos en el convento; una mujer esconde a su amante en una tinaja cuando su marido aparece de improviso en casa; los tres hermanos de una chica se vengan del hombre que le ha quitado su honor, aunque ella está enamorada de él; una joven pide a sus padres permiso para dormir en el tejado y de esta forma poder recibir a su novio por la noche .... En total, nueve historias sacadas del célebre Decamerón de Bocaccio.

Comentario:

El decamerón de Bocaccio es una de las obras clave de la literatura medieval italiana. Se trata de una recopilación de historias populares que, supuestamente, diez supervivientes de una epidemia de peste se cuentan unos a otros durante diez noches. Su importancia radica en su modernidad; la obra es precursora del Renacimiento por centrarse, en pleno siglo XIV, en asuntos totalmente paganos sin pizca de idealismo ni misticismo.

Naturalmente, el que Pasolini decidiera adaptar El decamerón al cine no se debe solamente a su interés filológico por el libro ni a la casualidad. El tiempo convierte a las obras más incendiarias en clásicos universalmente aceptados, por lo que la coartada de adaptar un libro de referencia de la literatura italiana le venía muy bien como vehículo para llevar a cabo un film que es toda una celebración de la vida y el erotismo, con un tono además beligerantemente anticlerical (y aún siendo una adaptación literaria de prestigio, la película tuvo serios problemas con la censura). Tal vez al espectador actual le cuesta hacerse a la idea de hasta que punto era transgresor en la Italia de ese momento presentar en la gran pantalla unas historias en las que los representantes de la iglesia que aparecen son curas y monjas lascivos, cuando no tontorrones. Por si eso fuera poco, la moral sexual cristiana se ve ridiculizada en prácticamente todos los relatos: la pluma de Bocaccio y la cámara de Pasolini se ponen más del lado de la mujer adúltera que del marido cornudo, y el episodio en la que los padres de una doncella desflorada por su novio la casan para evitar el escándalo (contentos porque además emparentan así con una buena familia) da también una visión harto cínica del matrimonio.

Además de ser todo un alegato contra las “buenas costumbres” y el pensamiento conservador, El decamerón se acerca a la sexualidad de una forma enormemente natural: de hecho, como en otras de sus películas, Pasolini, gran amante de la etnografía, no recurrió a actores profesionales sino a gente de los pueblos cuyas caras le gustaban o llamaban la atención. Además, la desinhibición y falta de sentido de culpa, típicas de la liberación sexual de esos años, que rezuman las historias se echan de menos incluso en la actualidad. Por poner un ejemplo, la violación sistemática de un discapacitado que llevan a cabo las monjas de un convento en una de las historias se vería, bajo el pensamiento políticamente correcto dominante hoy en día, como algo condenable, mientras que en el film el supuesto sordomudo y deficiente, que no lo es en realidad, no lo vive como ningún trauma, y lo mismo se puede decir de la mujer engañada y manoseada por un cura, que supuestamente pretende convertirla en animal de carga por petición de su marido, en otro episodio. No en vano, la película es la primera parte de la llamada Trilogía de la vida de su director, y su mensaje es, evidentemente, que hay que disfrutar de ésta y de los placeres que nos ofrece.

Escenas destacadas:

  • Una de las monjas del convento se decide a aprovecharse del sordomudo y supuestamente tonto jardinero para probar placeres carnales. Su cara de satisfacción durante y después del acto es tal, que todas sus compañeras quieren probar también.
  • La adúltera que ha escondido a su amante en la tinaja le hace creer a su marido que el hombre quiere comprarla, por lo que le conviene introducirse en ella para limpiarla a fondo. Mientras el marido se dedica a las labores de limpieza dentro de la tinaja, fuera de ella los amantes gozan prácticamente delante de sus narices.
  • Un cura hace creer a un campesino que puede transformar a su mujer en burra. Para llevar a cabo el encantamiento, la desnuda y le introduce “la cola” delante del poco avispado marido.

Anécdotas:

  • La polémica despertada fue tal que muchos ciudadanos particulares y varios procuradores de la República (cargo político semejante al de Gobernador Civil) lo denunciaron, provocando el secuestro de la película en varias provincias italianas.
  • El proyecto inicial de Pasolini era llevar a cabo una visión mucho más completa del libro de Bocaccio, incluyendo más historias, con un metraje de al menos tres horas.
  • Uno de los puntos del film más destacados por la crítica italiana, imperceptible fuera de su país, es la adaptación lingüística que el director, filólogo además de cineasta, llevó a cabo, al parecer con gran acierto, al emplear dialectos napolitanos en lugar de toscanos en la versión original (no obstante la película, como es habitual en el cine italiano, carece de sonido directo y fue íntegramente doblada en estudio).
  • Obtuvo el Oso de Plata (segundo premio) en el festival de cine de Berlín de 1971.

Sobre el director:

Pier Paolo Pasolini (Bolonia 1922 – Roma 1975) fue no sólo uno de los principales directores de cine italianos, sino un importante poeta, filólogo y personaje de la vida cultural de su país. Comienza su carrera en el cine con títulos influenciados por el neorrealismo, como Accatone (1961) y Mamma Roma (1962), para luego pasar a obras donde la denuncia social y la reivindicación marxista se llevan a cabo de forma más elaborada y más abstracta, como Pajaritos y pajarracos (1966) o Teorema (1968), películas que alterna con la adaptación de clásicos literarios, incluyendo el mismísimo Evangelio según San Mateo (1964), su obra más célebre. Gran polemista, la franqueza con la que hablaba tanto de sus ideas de izquierdas como de su homosexualidad lo convirtió en enemigo público número uno para los grupos conservadores italianos, hasta el punto de que se especula con la posibilidad de que alguna mano negra estuviera detrás de su asesinato, que conmocionó a la ya de por sí convulsionada Italia de los 70. El sexo se expone de forma naturalista, con gran vitalidad no exenta de cierta tosquedad, en su famosa trilogía de la vida, formada por el film que ahora nos ocupa, Los cuentos de Canterbury (1972) y Las mil y una noches (1974).

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16 diciembre 2006

El leñador: Hablando de un tabú sin acritud

The woodsman. USA, 2004.

Directora : Nicole Kassell

Guionistas : Nicole Kassell y Steven Fetcher

Intérpretes: Kevin Bacon, Kyra Sedgwick, Hannah Pilkes

Temáticas de interés : Pederastia

Sinopsis:

Walter llega a una pequeña ciudad en la que no conoce a nadie y busca trabajo en un aserradero. Es taciturno, y tiene una razón para serlo. Acaba de salir de la cárcel, en la que cumplió condena por abusar de una niña. Ahora intenta hacer una vida normal, pero le cuesta evitar el mirar por la ventana de su piso y observar a las alumnas del colegio de enfrente ...

Comentario:

El abuso de menores ha pasado en los últimos años de ser un tabú y una realidad silenciada y prácticamente desconocida a verse magnificado y resultar casi omnipresente en los medios de comunicación. En el caso del cine y los telefilms, el tratamiento del tema viene casi siempre de mano de thrillers y películas policíacas donde se intenta capturar a un asesino de niños, o bien en dramas donde el o la protagonista tiene un trauma por haber sufrido abusos en su infancia, reforzando el estereotipo y el estigma de que las víctimas de este tipo de actos nunca podrán superarlo ni llevar una vida normal. Lolita, la adaptación que llevó a cabo Stanley Kubrick sobre la amoral novela de Vladimir Nabokov, que probablemente sería impublicable hoy en día, es una de las pocas excepciones a esta regla.

El leñador coge este escabroso toro por los cuernos y se atreve a ponerse en el lugar del verdugo, no de la víctima ni de los familiares de la víctima, como es lo habitual y lo fácil, una propuesta parecida, aunque con un tema todavía más difícil, a la de la notable Te doy mis ojos de Iciar Bollaín, que contaba una historia de malos tratos intentando entrar en la psicología del maltratador en lugar de presentarlo sin más como un monstruo. En este caso, el protagonista, Walter, tiene una inclinación sexual por las niñas preadolescentes. Abusó de una y pagó por ello con la cárcel, de la que ha salido en libertad condicional. No es un psicópata ni un cínico, odia lo que hizo y no intenta justificarlo, pero le resulta muy difícil luchar contra su propia sexualidad. Por otra parte, la sociedad tampoco le ayuda: no se le ofrece ningún tipo de terapia ni de cura, su familia le rechaza, en el trabajo tiene que ocultarle a todo el mundo su pasado, y además el agente de la condicional le acosa y le humilla, aprovechándose de su sentimiento de culpa, que le hace tragarse los insultos sin rechistar.

No obstante, el film tampoco es tendencioso ni carga demasiado las tintas, en primer lugar porque refleja bastante la realidad, puesto que nadie ha encontrado ninguna cura ni terapia efectiva para la pederastia, y en segundo lugar porque Walter, por suerte, no es cien por cien pedófilo; es capaz de tener sexo con mujeres adultas e inicia una relación con una chica que no lo abandona cuando descubre su pasado, por lo que tal vez pueda haber una esperanza para él, aunque su vida no será fácil y la posibilidad de que vuelva a abusar de una niña estará siempre ahí.

De hecho, Walter inicia una amistad peligrosa con Robin, de trece años. Frente al tópico del niño raptado por un desconocido que le sube a su coche, el guión muestra como un pedófilo se va acercando progresivamente a su víctima, que suele ser alguien conocido y de su entorno, e intenta establecer una complicidad y que el pequeño comparta con él secretos que no conozcan sus padres; de esa forma se asegura el silencio y el consentimiento del menor para cuando, más adelante y de forma paulatina, empiece a hacerle proposiciones sexuales. Así pues, Walter se limita a hablar con Robin el primer día; las siguientes veces, las conversaciones se van haciendo más íntimas. Una amarga revelación que le hace la niña hará que el pederasta desista de sus intenciones, pero quizás la próxima vez no ocurra lo mismo. El leñador no es una historia moralista, edificante, ni de redención, ni tampoco es una tragedia; su modestia y su sencillez constituyen al mismo tiempo su gran virtud y su gran limitación.

Escenas destacadas:

  • Walter parece satisfecho con su nuevo piso, hasta que la expresión se le nubla al mirar por la ventana. Hay un colegio justo enfrente.
  • Tras varios días de charla en el bosque con su joven amiga, Walter intenta pasar un poco a mayores y le propone que se siente en su regazo. La respuesta de la niña le hará arrepentirse de sus intenciones.

Anécdotas:

  • El productor del film es Lee Daniels, responsable de Monster’s ball, el título que le valió el Oscar a Halle Berry, por lo que el marketing de la película, al menos en España, recurrió a la comparación entre ambas.
  • Se presentó en el festival de Sundance, y más tarde en nuestro país en el festival de Gijón. Logró tres nominaciones a los premios del cine independiente americano, entre otros galardones y nominaciones menores.

Sobre la directora:

Nicole Kassell estudió cine en la universidad de Nueva York, ciudad en la que reside. El leñador fue su debut en el largometraje; su breve curriculum también incluye un episodio de la serie de TV Caso abierto.


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03 diciembre 2006

Pintar o hacer el amor: sexo a cuatro bandas

Peindre ou faire l’amour. Francia, 2005.

Directores : Arnaud y Jean-Marie Larrieu

Guionistas : Arnaud y Jean-Marie Larrieu

Intérpretes: Sabine Azéma, Daniel Auteuil, Sergi López, Amira Casar

Temáticas de interés : Sexo en grupo, intercambio de parejas

Sinopsis:

Madeleine y William, un matrimonio de mediana edad, se trasladan a un pequeño pueblo del campo. Allí Madeleine conoce casualmente al alcalde, un invidente llamado Adam, que invita a ella y a su marido a cenar junto con su esposa Eva. Los cuatro hacen buenas migas y planean pasar un fin de semana juntos, hasta que una noche ocurre algo singular: a la hora de ir cada matrimonio a su habitación, el invidente Adam toma del brazo a Madeleine y no a su mujer. Suben a la habitación sin que ella proteste; Eva y William, por su parte, tampoco se quedan atrás y se acuestan juntos en el sofá.

Comentario:

Ya habíamos abordado el tema de la pareja abierta, el amor libre o el intercambio de parejas en películas de la era de la contracultura y la liberación sexual, los años 60-70, como Bob, Carol, Ted y Alice, o La tormenta de hielo, un film de los 90 que reflexionaba sobre esa época. En aquel momento el concepto de pareja tradicional se cuestionaba, y la fidelidad sexual dejaba por un momento de considerarse la base de una relación. Pintar o hacer el amor, en cambio, se sitúa en nuestros días, cuando esta forma de pensar se ve más bien como una reliquia del pasado. Sus personajes no deciden hacer un cuarteto por desinhibirse o por buscar nuevas experiencias que los saquen de la monotonía de muchos años de matrimonio, sino que surge entre ellos un amor a cuatro con el que en principio no contaban.

La estructura de la película responde bien a este planteamiento del intercambio como algo no buscado: en principio parece una típica comedia dramática francesa situada en provincias. El campo es el quinto personaje que aglutina a los dos matrimonios; Madeleine está pintando un paisaje cuando conoce a Adam y empieza a hablar con él. Al venir de la ciudad y no conocer a otras personas en el pueblo, Madeleine y William se encariñan poco a poco con el alcalde y su mujer. Curiosamente, muestran hasta celos cuando Adam y Eva hacen planes con otros amigos; la intimidad y el lazo emocional al que han llegado es lo que hace creíble que, cuando Adam da el paso y finge confundir a su mujer con Madeleine casi a la mitad del film, ella se deje llevar por el juego, y su marido haga lo propio con Eva. De forma muy creíble, al día siguiente el matrimonio menos experimentado reacciona con miedo y rechazo a lo que acaban de hacer, que supone romper muchos tabúes, y piensan que han sido engañados por la otra pareja. Les costará tiempo y reflexión el asimilar el sentimiento que ha nacido en ellos: tal vez el amor no sea siempre cosa de dos.

El interés de Pintar o hacer el amor supone romper totalmente el estereotipo del intercambio de parejas como algo propio de jóvenes modernos urbanos guapos y desinhibidos, y trasladarlo a matrimonios de mediana edad en el rural, viéndolo además como un lazo afectivo y una especie de pareja a cuatro en un film apacible y tranquilo, una propuesta mucho más transgresora y chocante que el proponerlo como un simple juego sexual morboso. De ahí, probablemente, la discreta acogida del film entre la crítica y el público.

Escenas destacadas:

  • Adam coge del brazo a Madeleine, a la que aparentemente ha confundido con su esposa, y sube con ella a la alcoba. Sorprendentemente, ella no protesta y acepta el juego.
  • Los dos matrimonios disfrutan de la visión de la mañana en el campo desde la terraza mientras se abrazan como si los cuatro formaran una sola pareja.

Anécdotas:

  • Seleccionada a concurso en el festival de Cannes de 2005.

Sobre los directores:

Los hermanos Larrieu nacieron en 1965 y 1966 (Jean-Marie es el mayor y Arnaud el pequeño) en la famosa localidad de Lourdes. Trabajan juntos en la realización de cortos y mediometrajes, normalmente rodados en la región de los Pirineos, y más tarde dan el salto al largo en 1999 con Fin d’été. No es, sin embargo, hasta su tercer film, Pintar o hacer el amor, cuando consiguen hacerse un nombre en el cine de su país, y estrenar su obra fuera de Francia.

Enlaces:

http://spanish.imdb.com/title/tt0431975/

http://www.golem.es/pintarohacerelamor/

http://blogdecine.com

25 noviembre 2006

Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar

Everything you always wanted to know about sex but were afraid to ask. USA, 1972.

Director : Woody Allen

Guionista : Woody Allen, basándose en el libro de David Reuben

Intérpretes: Woody Allen, Lynn Redgrave, Gene Wilder, Tony Randall, Burt Reynolds, Louise Lasser

Temáticas de interés : Zoofilia, fetichismo, exhibicionismo

Sinopsis:

Película compuesta por siete cortometrajes, cada uno de los cuales responde supuestamente a una pregunta sobre sexualidad, con lo que el film vendría a ser una enciclopedia sexológica más bien disparatada. Los temas abordados a lo largo de los distintos capítulos incluyen los afrodisíacos, la zoofilia, la frigidez resuelta por medio del exhibicionismo, el travestismo, el proceso fisiológico que lleva a la eyaculación, etc.

Comentario:

Esta película, con uno de los títulos más largos de la historia del cine, se llevó a cabo en plena época de la contracultura y la liberación sexual, cuando las pantallas se llenaban por primera vez de títulos que hablaban y mostraban temas que hasta poco antes habían sido tabú, proliferando también los informes sobre sexualidad y los manuales sexológicos de todo tipo. Woody Allen decidió parodiar y tomarse con sentido del humor y sin ninguna pretensión de rigor ni didáctica toda esta explosión y saturación de información, a menudo falsa y sesgada, sobre sexo. Al margen del tema tratado en cada uno de los capítulos, conviene recordar la ruptura que el personaje habitualmente interpretado por Woody significó en el concepto de masculinidad vigente hasta entonces. El director encarnaba a hombres inseguros, débiles, que trataban de igual a igual a las mujeres en la relación de pareja, y para nada identificados con el macho tradicional: fue el hombre nuevo de los años 70, muy popular entre las feministas que, curiosamente, lo denostarían por misógino veinte años más tarde.

El primer episodio del film y uno de los menos interesantes, ¿funcionan los afrodisíacos?, es un clásico vodevil en el que el buzón de la corte desea a la reina y consigue seducirla mediante un brebaje afrodisíaco, aunque ambos tendrán que consumar su amor sin que se entere el rey (una simbología típicamente freudiana poco sorprendente en un amante del psicoanálisis como Woody Allen: finalmente, el rey-padre al descubrir al bufón-niño con la reina-madre le corta la cabeza en una castración simbólica). El segundo capítulo, ¿Qué es la sodomía? pone de manifiesto el escaso rigor científico del film al no hablar de esta práctica sino de la zoofilia, puesto que es la historia de un médico que se enamora de una oveja. A pesar del tono de comedia, Gene Wilder y su amante bovina protagonizaron las escenas más bizarras y recordadas de la película. A continuación viene ¿Algunas mujeres tienen problemas para llegar al orgasmo?, un homenaje al cine italiano de los años 60 rodado originalmente en lengua italiana: Woody se desespera ante la frigidez de su sofisticada mujer, que no alcanzará el placer hasta descubrir las maravillas del exhibicionismo y el sexo en lugares públicos. En este episodio se parodia el típico concepto machista de la sexualidad, en el que el ego del macho se ve atacado ante la falta de deseo de la mujer: no hay mujeres frígidas sino hombres inexpertos, le dice un amigo al marido desesperado. En este esquema tópico de las cosas, lógico por otra parte en una comedia, no es de extrañar que la solución venga con el también manido cliché de recurrir al fetichismo para mejorar la vida sexual.

Uno de los capítulos más acertados sería el cuarto, ¿son los travestis homosexuales?, que aborda el travestismo en un hombre heterosexual, frente a la confusión habitual que vincula el vestir ropa de mujer con homosexualidad masculina. El fetichismo por la ropa femenina, sobre todo la interior, lleva a algunos hombres a excitarse usándola, como había explicado años atrás el rocambolesco documental Glenn or Glenda de Ed Wood, director que se haría famoso en los años 90 por el biopic que llevó a cabo Tim Burton. Las peculiaridades sexuales se abordan sin complejos en la quinta historieta, ¿Cuál es su perversión?: un ficticio programa sensacionalista, no muy alejado de la realidad actual de la televisión, en el que gente anónima da detalles sobre sus preferencias más extrañas en la cama, en un show que, como suele ocurrir en la telebasura, contribuye a la vez a difundir información sobre sexualidad y al mismo tiempo, paradójicamente, a reforzar estereotipos.

El film acaba con un sexto episodio homenaje al cine de serie B de científicos locos o mad doctors, ¿Son ciertos los descubrimientos de las investigaciones sobre sexualidad?, que parodia la moda de los estudios científicos acerca de las cuestiones sexuales más peregrinas, y por último con el otro fragmento más recordado, junto con el de la oveja, del film: ¿qué ocurre durante la eyaculación?, una especie de Érase una vez la vida de imagen real en la que Woody Allen interpreta a un espermatozoide existencialista y se exponen, muy a grandes rasgos, los procesos de erección y eyaculación.

Escenas destacadas:

  • El médico interpretado por Gene Wilder es pillado in fraganti en la cama con una oveja para escándalo de su mujer. El divorcio es fulminante.
  • El concurso ¿Cuál es su perversión? concluye con el ganador de la semana, un rabino al que le excita ser atado y azotado mientras su mujer se arrodilla en el suelo comiendo una costilla de cerdo.
  • Woody se enfrenta a una teta gigantesca escapada del incendio del laboratorio de un científico loco especialista en sexología.

Anécdotas:

  • El montaje final del film cortó una octava historia, ¿Por qué algunos hombres se vuelven homosexuales?, en la que Louise Lasser, esposa de Woody Allen en ese momento, interpretaba a una araña viuda negra que devoraba al macho (el propio Woody). Descontento al no encontrar un final adecuado, el director decidió suprimir el fragmento.
  • La película funcionó bien en taquilla, con una recaudación de 18 millones de dólares en USA, cifra considerable comparada con su presupuesto, de sólo 2 millones. En España superó el millón de espectadores.

Sobre el director:

Woody Allen es uno de los grandes genios del cine. Nacido en Brooklyn en 1935, comenzó su carrera como humorista autor de monólogos, luego pasó a trabajar en el cine como actor y guionista, y, a partir de Toma el dinero y corre (1969), también como director. Sus primeras películas, entre las que se encuentra la que nos ocupa, son sucesiones de gags, generalmente muy divertidos, pero sin mayor trascendencia. Annie Hall (1976) supone un giro en su carrera hacia las comedias dramáticas urbanas que le harán mundialmente conocido y apreciado entre los cinéfilos. Gran amante del cine europeo, en especial de Bergman y Fellini, brillantísimo autor destacado en una enorme variedad de registros, desde la comedia disparatada al drama más sombrío, el sexo y el erotismo casi nunca aparecen de forma explícita en sus obras, pero son siempre un telón de fondo importante y una inacabable fuente de gags en los diálogos.

Enlaces:

http://spanish.imdb.com/title/tt0068555/

http://www.dvdgo.com/product~catgid~166~list~132~prodid~
111101~typeproduct
~1~dvd~Colecci%C3%B3n+Woody+Allen
:+Volumen+3.htm

17 noviembre 2006

Mi querida señorita: transexualidad de provincias

Mi querida señorita. España, 1971.

Director : Jaime de Armiñán

Guionistas : Jaime de Armiñán y José Luis Borau

Intérpretes: José Luis López Vázquez, Julieta Serrano, Antonio Ferrandis, Mónica Randall

Temáticas de interés : Transexualidad, represión

Sinopsis:

Adela es una solterona que vive en una ciudad de provincias junto a su fiel criada Isabelita. Es religiosa y de costumbres intachables, pero oculta un secreto: hace tiempo que se afeita y no puede evitar lanzar miradas libidinosas a su criada. Al recibir una propuesta de matrimonio por parte de un amigo, decide ir al médico para aclarar por fin la duda que la atormenta: si es una mujer o un hombre.

Comentario:

Parece increible que una de las películas que mejor han abordado el tema de la transexualidad se llevase a cabo durante la dictadura franquista. Tal vez la necesidad del visto bueno de la censura contribuyera a tratar tan espinoso asunto con un enorme tacto, lejos de cualquier sensacionalismo. Generalmente las películas sobre transexuales se sitúan entre la didáctica y el morbo fácil de prensa amarilla, ambos muy presentes en Cambio de sexo (1976), realizada por el ya por entonces torpe Vicente Aranda, o si no en el melodrama telefílmico supuestamente arriesgado pero en realidad complaciente y más bien reaccionario, en el que el descarriado o la descarriada tienen que recibir palizas y / o morir para lograr la simpatía paternalista del espectador, como la oscarizada Boys don't cry (1999). Mi querida señorita logra en cambio un virtuoso equilibrio entre la comedia y el drama, y llevar a cabo un gran retrato social de la España de provincias en los últimos años del franquismo con un personaje totalmente fuera de la caricatura, en parte gracias a la soberbia interpretación de José Luis López Vázquez, un gran actor que hasta pocos años antes había estado encasillado en la españolada y que en ese momento exploraba nuevos terrenos.

Adela, la señorita, ha reprimido durante muchos años tanto la atracción que le producen las mujeres como el amor que siente hacia su criada, que le produce terribles celos cuando la muchacha sale con chicos. La huida de Isabelita, que se despide harta de aguantar insultos de su señorita despechada, unida a la propuesta de matrimonio que recibe, hacen que Adela, siendo ya una mujer de mediana edad, se decida a salir de su cascarón virginal y dar el paso. El médico le confirma lo que ella siempre ha sospechado y nunca se ha atrevido a afrontar: que es un hombre. Aquí se le puede reprochar a la película su ambigüedad al crear confusión entre dos cosas diferentes, la transexualidad y el hermafroditismo. No queda claro si la protagonista es biológicamente un hombre al que, a causa de una malformación genética, se le tomó por mujer en su niñez, o si es simplemente un transexual, es decir, alguien que siendo físicamente una mujer normal se siente hombre psicológicamente. El hecho de que tenga que afeitarse parece indicar lo primero, el hermafroditismo, pero la película elude entrar en detalles.

Pero tal vez lo más interesante de Mi querida señorita sea que la historia no se acaba una vez que Adela se transforma en Juan, sino que expone toda la problemática posterior. Juan ha sido educado como mujer, y no sabe hacer ningún trabajo de hombre en una sociedad muy sexista donde las actividades propias de ellos y de ellas están muy definidas. Además, después de haber vivido cuarenta años como mujer, se siente inseguro en su cuerpo masculino, sobre todo a la hora de mantener relaciones sexuales. Antes como mujer le era fácil refugiarse en la castidad, pero ahora la sociedad machista le exige que se muestre experimentado en la cama: lo que era una virtud para ellas, es un handicap y un motivo de vergüenza para ellos. La aceptación de su auténtico pero nuevo yo no se alcanzará sin antes pasar por una lenta y a veces difícil metamorfosis que incluye el no rechazar su vida anterior como Adela. El reencuentro con Isabelita, ahora Isabel, será clave para conseguir llevar a cabo la transición entre los dos mundos, la ciudad de provincias y la capital, la represión y la liberación.

Escenas destacadas:

  • Isabelita se agacha para limpiar el suelo; Adela no puede evitar mirarle de reojo las piernas y el escote.
  • En la consulta del médico, Adela le pide que le hable sin tapujos puesto que es una mujer fuerte y valiente. El médico la corrige: en efecto es fuerte y valiente, pero no es una mujer.
  • SPOILER: Juan ha sido por fin capaz de pasar a mayores en su relación con Isabelita, pero todavía hay algo que no se atreve a decirle. No obstante, ella ya lo sabe y le llama señorita
    sin querer.

Anécdotas:

  • Logró un importante éxito en taquilla, con 1.700.000 espectadores.
  • La acogida entre los críticos también fue buena, incluyendo premios por parte del Círculo de Escritores Cinematográficos y del Sindicato Nacional del Espectáculo. Además fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, perdiendo frente a otra obra de un director español, El discreto encanto de la burguesía de Luis Buñuel.
  • Sorprendentemente, el guión pasó la censura franquista, que sólo cortó algunas escenas en las que Mónica Randall salía muy ligera de ropa. El director siempre ha declarado que hizo la película exactamente como la quería hacer.

Sobre el director:

Jaime de Armiñán nace en una familia madrileña acomodada en 1927. Estudia derecho, pero pronto orienta sus pasos hacia el mundo del audiovisual, primero como comentarista, y más tarde trabajando como guionista en televisión. Su carrera como director de cine comienza con Carola de día, Carola de noche (1969), un vehículo de lucimiento para Marisol, y pasa a un terreno más personal con Mi querida señorita, cuyo éxito le permite hacer otras obras sobre amores heterodoxos, entre las que destaca El nido (1980), que le permitió ser de nuevo candidato al Oscar. Alterna el cine y la televisión hasta 1995, donde estrena la que hasta hace poco era su última película, El palomo cojo, aunque en 2006 ha finalizado su nueva obra, Fabian road.

12 noviembre 2006

Une vraie jeune fille: Ellas toman la palabra

Une vraie jeune fille. Francia, 1976.

Directora : Catherine Breillat

Guionista : Catherine Breillat, adaptando su propia novela

Intérpretes: Charlotte Alexandra, Hiram Keller, Rita Maiden, Bruno Balp

Temáticas de interés : Masturbación, descubrimiento de la sexualidad

Sinopsis:

Alice, una adolescente, llega a casa de sus padres para pasar con ellos el verano en un pequeño pueblo. Allí no hay mucho que hacer y la joven se entretiene jugando con su cuerpo y descubriendo los placeres carnales. Pronto encontrará en quien volcar sus fantasías eróticas: Jim, un joven que trabaja con su padre.

Comentario:

El despertar sexual de una joven es uno de los tópicos más manidos en el cine erótico, pero la diferencia es que aquí es una mujer, Catherine Breillat, y no un hombre quien escribe el guión y dirige la película, por lo que la protagonista del film no es una ensoñación lujuriosa ni una fantasía masculina, sino, como su propio título indica, es una auténtica chica, una chica de verdad (esa es la traducción de Une vraie jeune fille, en lugar de una chica realmente joven como aparece a veces) la que cuenta su propia historia. Y esa historia está repleta de escenas de masturbación y de relaciones sexuales similares a las de cualquier film erótico o pornográfico, pero la película en su conjunto en absoluto podrá tildarse de complaciente ni de convencional.

Lo que convierte a esta prácticamente desconocida obra en un título interesantísimo e importante del cine erótico es su absoluta independencia, el estar al margen de cualquier corriente. Cruda y desagradable en muchas de sus secuencias, no es un film porno para público masculino, pero tampoco es una película reivindicativa ni feminista en cuanto a su tesis, aunque naturalmente sí es feminista de hecho, por tratarse de la obra de una mujer que expone su sexualidad de forma visceralmente sincera sin preocuparse por buscar la complicidad de ningún colectivo. Pocas veces una mujer se ha expresado de una manera tan libre (ni tan sórdida) con una cámara de cine.

Jane Campion, la directora que más dio que hablar durante los años 90 en el tema de la sexualidad de la mujer con títulos como El piano (1993), se acercaba al erotismo con suma torpeza y acababa cayendo en tópicos machistas hasta unos extremos a los que ningún hombre se atrevería a llegar, definiendo a las mujeres como seres volubles que confunden la emocionalidad con la falta de inteligencia, débiles, que encuentran irresistibles a los hombres más repulsivos, y que descubren el amor humillándose o prostituyéndose para ellos. Probablemente este discurso fácil y reaccionario ayudara al éxito de Campion, mientras que Breillat, más ambigua y compleja, sigue siendo una desconocida para el público. Alice, la protagonista de Une vraie jeune fille, vive su sexualidad de forma libre, aunque todavía infantil e inconsciente; Jim es un chico guapo y le gusta, pero ella aún no está preparada para explorar el cuerpo de su novio, porque aún no conoce su propio cuerpo ni ha aprendido a aceptarlo. El descubrimiento del placer se produce por una parte de forma azarosa y provocada por el aburrimiento, y por la otra sin plantearse ningún tipo de represión ni de censura, algo enormemente moderno para la época del film, como también lo son las imágenes pornográficas, que tardarían más de 20 años en aparecer en otros films dramáticos como Intimidad o Lucía y el sexo.

Escenas destacadas:

  • Para amenizar una aburrida comida, Alice tira su cuchara al suelo y, al recogerla, aprovecha para introducírsela en la vagina sin que se percaten de ello sus padres.
  • Nuestra joven heroína se pasea por el campo con las bragas por los tobillos. Su afición por quitarse la ropa interior se volverá a mostrar más adelante, cuando decide montar en bicicleta sin nada bajo la falda, que además se sube hasta la cintura.
  • Mientras Alice yace desnuda en el campo, Jim coge un gran gusano, lo divide en tres partes, y las coloca sobre el vello púbico de la chica.
  • La muchacha acepta la compañía de un hombre maduro al que le gustan las jovencitas, y que la invita a montar con él en una atracción de feria. Para gran estupor de ella, el viejo se desabrocha los pantalones y se masturba durante todo el recorrido.

Anécdotas:

  • El presupuesto del film fue irrisorio. Se rodó sin sonido y con actores provenientes del porno y la serie B. Dos años después del rodaje, se añadieron los diálogos, doblados en estudio por otros actores.
  • Por desavenencias con el productor, la película no consigue estrenarse comercialmente. Catherine Breillat tardará tres años en volver a dirigir, y doce en triunfar como directora con 36 fillette (1988). Será entonces cuando Une vraie jeune fille pueda verse por fin en los cines franceses.
  • En 2001, cuando se cumplían 25 años de su producción, se reestrenó en Francia y se estrenó por primera vez en Estados Unidos y otros países.

Sobre la directora:

Catherine Breillat nace en Bressuire (Francia) en 1948 y actualmente vive en París. A los 19 años publica su primera novela, L’homme facile, despertando ya una inmensa polémica que la convierte en un fenómeno literario. La controversia no acabará precisamente cuando se pase a la narración en imágenes con la aquí mencionada Une vraie jeune fille, a la que más tarde seguirán otras diez películas. Su obra, que explora la sexualidad con una crudeza chocante y una total desinhibición que ella llama provocación inocente, sin plantearse fronteras entre erotismo y pornografía, permanece inédita en España con la excepción de Romance X (1999), que logró estrenarse gracias al gancho comercial de su protagonista, el actor porno Rocco Siffredi.

Enlaces:

http://spanish.imdb.com/title/tt0135024/

http://www.gva.es/cinemajove/cinemajove2004/actualiza/breillat.htm

http://www.objectif-cinema.com/analyses/013.php

02 noviembre 2006

Gotas de agua sobre piedras calientes: Fassbinder según Ozon

Gouttes d’eau sur pierres brûlantes. Francia, 2000.

Director : François Ozon

Guionista : François Ozon, basándose en la obra teatral de Rainer Werner Fassbinder

Intérpretes: Bernard Giraudeau, Malik Zidi, Ludivine Sagnier, Anna Levine

Temáticas de interés : Homosexualidad masculina, transexualidad, amor libre

Sinopsis:

En la Alemania de los años 70, Léopold, un ejecutivo cincuentón, se liga y se lleva a casa a Franz, un jovencito de veinte años. El muchacho deja a su novia, Anna, y se va a vivir con él. La relación entre los dos se va agriando, a medida que Franz asume el rol de ama de casa sumisa y su novio el de marido déspota. La aparición de Vera, la antigua pareja de Léopold, y el regreso de Anna van a suponer un importante giro en la relación de los dos hombres.

Comentario:

Rainer Fassbinder, autor prolífico y militante homosexual, fue el cineasta alemán más influyente y conocido fuera de su país desde el fin del nazismo. El director francés François Ozon demuestra ser un gran conocedor de la obra de Fassbinder en esta adaptación de una de sus primeras piezas de teatro, en la que ya aparecen desarrollados dos puntos clave de su cine: la aproximación a la homosexualidad sin ningún tipo de complejos, unida a una cierta confusión sexual muy propia de su época, y la visión casi sadomasoquista de las relaciones de pareja, consistentes para él en la dominación de una persona sobre la otra.

De una forma muy adelantada a su tiempo, Fassbinder no se molesta en justificar ni en explicar las relaciones entre personas del mismo sexo en una época en la que este tema era un tabú absoluto: su indudable militancia gay es sutil y consiste en presentar a personajes que no tienen ningún problema en aceptar sus inclinaciones y las viven con total normalidad. Franz, el chico protagonista de la película, tiene una novia hasta que conoce a Léopold y se enamora de él a pesar de la diferencia de edad entre ambos. Si la película no se tratase de una adaptación sino de un guión original de hoy en día, seguramente el guionista y el espectador se plantearían preguntas como si Franz era un reprimido cuando estaba con chicas, si la relación con su novia era un montaje, o si es un heterosexual confundido del que Léopold se está aprovechando por su mayor edad y experiencia. Pero en la época de la liberación sexual en que Fassbinder escribió esta historia, la homo y la heterosexualidad no se veían como compartimentos estancos, sino que se intentaba volver a la pansexualidad de romanos, griegos y demás culturas paganas, en las que no existían conceptos como hetero ni homosexualidad ni se veía como nada fuera de lo común que un hombre alternara las relaciones con chicas y con chicos. La tesis de todos somos bisexuales de esos años no pudo sin embargo con tantos siglos de estigmatización judeocristiana de las relaciones entre personas del mismo sexo, y a pesar de que hoy en día la mayoría de los espectadores no levantarán ninguna ceja al ver besarse a Franz y Léopold en la película, sí les resultará inverosímil a muchos que Léopold seduzca más adelante a Anna, la antigua novia de su amante, o que Franz dude entre si seguir con su novio o volver con su ex-novia con la misma naturalidad con la que un heterosexual dudaría entre dos chicas.

El otro punto fassbinderiano al que François Ozon es muy fiel en su adaptación es el de la disfuncionalidad en la parejas, que el director alemán retrató en una de sus películas con el explícito título de La ley del más fuerte: Léopold trata a Franz con una prepotencia absoluta que bordea el maltrato psicológico. Cuando aparece en escena Vera, la ex de Léopold, vemos que la relación entre ambos fue todavía más extrema: Vera era un hombre y llegó a cambiar de sexo, sin ser un auténtico transexual, como muestra definitiva de sumisión: quería ser la mujer perfecta para su amante, que le agradeció este sacrificio abandonándola. Esto será una alarma de aviso para Franz: de seguir con Léopold, éste podría ser también su destino.

Aunque su interés por el mundo de Fassbinder es evidente, la adaptación de François Ozon no deja de ser posmoderna, manteniendo una cierta y casi obligada distancia con el exacerbado melodrama original a través de una puesta en escena manierista, deliberadamente teatral y artificiosa, que, como ocurre en otras películas de Ozon, convierte la historia en una comedia negra.

Escenas destacadas:

  • Anna aparece en el piso que su antiguo novio Franz comparte con su actual pareja, Léopold, decidida a que Franz vuelva con ella. Sin embargo, acaba cayendo seducida por Léopold.
  • Vera, la enigmática ex-novia de Léopold, revela que antes era un hombre y que se cambió de sexo para complacerle.

Anécdotas:

  • Fassbinder escribió Gotas de agua sobre piedras calientes con sólo 19 años. Aunque ya recoge el germen de su futuro cine en muchos aspectos, su autor la veía como una obra de juventud poco desarrollada y no llegó a representarla nunca. Ozon modificó el texto original incluyendo elementos de otras películas del director alemán, sobre todo la transexualidad de Vera, sacada de El año de las trece lunas.
  • Las referencias del director en cuanto a puesta en escena fueron, según su propia confesión, Las alarmas lágrimas de Petra Von Kant de Fassbinder y Smoking no smoking de Alain Resnais: ambas películas no intentan ocultar su artificialidad ni su origen teatral.
  • Su éxito comercial fue muy escaso, aunque los críticos y cinéfilos la acogieron con interés. Su estreno tuvo lugar en el festival de cine de Berlín.
  • Malik Zidi estuvo nominado al Cesar al mejor actor revelación ese año por su trabajo en esta película.

Sobre el director:

François Ozon nace en París en 1967. Sólo ha alcanzado el éxito de taquilla con 8 mujeres (2001) y tampoco es una gran figura de festivales, pero su filmografía ha contado con el beneplácito de la crítica desde su primera obra, Sitcom (1998), una comedia negra que lo situó como uno de los más interesantes nuevos directores franceses de culto. Su cine, de géneros, influencias y estilos muy diversos, a veces realista y a veces muy artificial, se aleja siempre de caminos trillados y resulta sorprendente al espectador. La homosexualidad está casi siempre presente en sus obras, ya sea como trama principal, como ocurre en Gotas de agua sobre piedras calientes, o a través de personajes secundarios. Su película más redonda probablemente sea Bajo la arena, un recital de su musa Charlotte Rampling (2000), y su último trabajo estrenado entre nosotros ha sido 5x2 (2004).

Enlaces:

http://spanish.imdb.com/title/tt0211387/

www.francoisozon.com

http://www.cinestrenos.com/cartelera/critica/gotas/gotas.htm

27 octubre 2006

Vértigo: Fetichismo victoriano

Vertigo. USA, 1958.

Director: Alfred Hitchcock

Guionistas: Alec Coppel y Samuel Taylor, basándose en la novela de Pierre Boileau y Thomas Narcejac.

Intérpretes: James Stewart, Kim Novak, Barbara Bel Geddes

Temáticas de interés: fetichismo

Sinopsis:

John Ferguson ha tenido que retirarse prematuramente de su trabajo como policía a causa de su miedo a las alturas. Un antiguo conocido le ofrece un curioso encargo como detective privado: seguir a su mujer, Madeleine, que muestra un comportamiento muy extraño. Se pasea sola durante horas por lugares relacionados con una antepasada suya que se suicidó, y lo más inquietante es que ella no conoce la historia de esta mujer con la que está obsesionada ni es consciente de lo que hace cuando desaparece por las tardes. Además, declara sentir una fuerza dentro de ella que le dice que su lugar está en el mundo de los muertos.

Comentario:

Vértigo es considerada hoy en día la obre cumbre de Hitchcock, precisamente por la misma condición de rareza que le impidió triunfar en su momento. Es una historia de fascinación por la muerte, llevada a cabo con una puesta en escena onírica y surreal, y que resulta todavía más bizarra al analizarla en detalle, aparte de que supone una violación soterrada de las convenciones morales y sexuales dictadas por el férreo Código Hays, las normas de censura que constriñeron la producción cinematográfica de Hollywood durante treinta años, y que en la época en que se estrenó esta película, en plena eclosión de los cines modernos europeos, empezaban ya a resultar rancias. Vértigo es uno de los films más analizados de la historia del cine en cuanto a la técnica narrativa empleada por Hitchcock, pero aquí nos vamos a centrar en la sexualidad fetichista que impregna toda la historia.

En una curiosa estructura simétrica, tenemos en primer lugar la historia de un fantasma que vuelve atraído por la obsesión de un personaje, Madeleine, que no tiene interés por el mundo de los vivos y que se deja poseer por un espíritu. Hasta ahí podríamos haber tenido un melodrama fantástico podríamos decir que convencional, dentro de lo transgresor que es siempre este género, en la línea de Jennie. Pero tras la muerte de esta mujer, de la que se enamoró durante el seguimiento que llevó a cabo como detective privado, John, igual que ella en vida, vive también fuertemente enlazado a un fantasma, el de la propia Madeleine, al que intenta revivir cuando conoce a Judy, de asombroso parecido con la muerta.

En el extraño triángulo que forman John, Madeleine y Judy, no es la atracción por la muerte el único aspecto que desafía la moral de Hollywood: a pesar de ser el héroe de la película, John se enamora de una mujer casada, con el agravante de haber sido contratado para vigilarla por el propio esposo engañado. Cuando ella se tira a la bahía de San Francisco en un intento de suicidio fallido, él la lleva a su apartamento, la desnuda y la acuesta, un comportamiento bastante chocante para una película comercial de esa época, en lugar de la mucho más decorosa opción de recurrir a su amiga Midge (Barbara Bel Geddes) para que lleve a cabo tan delicada tarea. Pero sobre todo, cuando más adelante John conoce a Judy, desarrolla una fijación fetichista por vestirla, peinarla y transformarla en la muerta: Hitchcock, además, se complace en compartir esta fascinación por cada detalle de la metamorfosis de Judy, con abundantes planos detalle de las ropas y partes del cuerpo de la mujer. Para entonces, además, la trama criminal de la película ya ha sido aclarada para el espectador, por lo que el interés de la historia se centra en satisfacer todos y cada uno de estos aspectos de esta pasión fetichista durante unos treinta minutos de metraje que suponen la cumbre de Hitchcock como erotómano.

Se suele hablar de necrofilia en Vertigo, pero realmente lo que suele excitar a los necrófilos es la absoluta inmovilidad de la otra persona, por lo que, si hay alguna escena necrófila en el film, sería el momento elidido en el que John desnuda a Madeleine, inconsciente tras haberse tirado a la bahía, y disfruta de la visión de su cuerpo. La historia trata más bien, sobre todo en la muy bizarra parte final, de la fijación fetichista por un físico y una ropa determinados, unos gustos que son los que probablemente hacen que a John sólo le resulten deseables un determinado tipo de mujeres y no su amiga Midge, con la que tiene una relación casta a pesar de que resulte evidente que ella está enamorada de él y que ambos se entienden bien, tienen mucho en común y podrían formar una buena pareja.

Escenas destacadas:

  • Madeleine contempla absorta el retrato de su antepasada en un museo. La cámara contempla sensualmente su nuca mientras mira el cuadro.
  • La nuca no es la única zona de la anatomía femenina que se observa con lupa fetichista: cuando John busca el vestido que transformará a Judy en Madeleine, hay un primer plano de los zapatos de tacón de una modelo que hubiera entusiasmado a Luis Buñuel.
  • Por fin, Judy se muestra ante John totalmente transformada en Madeleine. El reflejo de la luz de neón del edificio de enfrente proyecta una luz fantasmal sobre ella, haciéndola parecer realmente surgida de entre los muertos.

Anécdotas:

  • Pierre Boileau y Thomas Narcejac escribieron la novela D’entre les morts expresamente para Alfred Hitchcock cuando se enteraron del interés del maestro por su novela anterior, La que no existía. Otro genio del cine negro, Henri-Georges Clouzot, se había adelantado a la hora de comprar los derechos, convirtiendo la adaptación en la obra maestra Las diabólicas.
  • En el famoso libro que recoge las conversaciones entre Hitchcock y François Truffaut, el primero se muestra descontento con la elección de Kim Novak, al considerar que su evidente sensualidad resulta demasiado vulgar para el gusto del público. Truffaut responde sorprendido que ese tipo de actrices le encantan al público masculino, a lo que el maestro inglés replica sabiamente que las mujeres no soportan la vulgaridad en otra mujer, y que en las parejas son ellas las que, a la entrada del cine, deciden qué película se va a ver y, a la salida, si ha sido buena o no.
  • Se estrenó en el por entonces muy joven festival de cine de San Sebastián, obteniendo la Concha de Plata y el premio al mejor actor para James Stewart. A pesar de ser una de las películas más alabadas de la historia del cine hoy en día, en su momento no consiguió muchos más premios. Los Oscar la despacharon con un par de nominaciones en las categorías de sonido y dirección artística.
  • Su éxito de taquilla fue más bien escaso: la recaudación en Estados Unidos se quedó bastante por debajo del coste de la película.

Sobre el director:

Considerado casi oficialmente como el mejor director de la historia del cine, podríamos explicar de forma muy breve la importancia de Alfred Hitchcock (alrededores de Londres 1899 – Los Angeles 1980) centrándonos en que creó, fundiendo el cine negro con el melodrama psicológico, un género que no existía y que hoy resulta tan cotidiano como el thriller o película de suspense, y que fue un enorme revolucionario de la narrativa cinematográfica, consiguiendo integrar sus innovaciones en el cine más comercial y conjugar vanguardia y entretenimiento de una forma que nadie ha logrado antes ni después. Hitchcock es además un gran erotómano victoriano: producto de una cultura represora, el erotismo, que no se atreve a mostrar directamente prefiriendo llevarlo al terreno del fetiche, siempre va ligado en su cine al peligro y al pecado. Además del ensayo fetichista de Vertigo, llevó a cabo todo un psicodrama sexual freudiano como Marnie la ladrona, además de contar las peripecias de un asesino y violador en Frenesí.

Enlaces:

24 octubre 2006

Kadosh: Sexo sin placer para honrar a Dios

Kadosh. Israel - Francia, 1999.

Director: Amos Gitai

Guionistas: Eliette Abecassis y Amos Gitai.

Intérpretes: Yael Abecassis, Yoram Hattab, Meital Barda, Uri Klauzner

Temáticas de interés: represión

Sinopsis:

Rivka y Meir son un matrimonio del barrio ultraortodoxo de Jerusalén; se quieren pero no tienen hijos, por lo que según el rabino, máxima autoridad en la zona, Rivka debe repudiar a su mujer y escoger a otra con la que pueda tener descendencia. Por su parte, la hermana de Meir, Malka, se ve empujada a casarse con Yossef, un integrista religioso al que no ama.

Comentario:

Kadosh (sagrado) se adentra, mezclando la frialdad y sencillez propias del documental con el melodrama, en el mundo cerrado de los judíos ultraortodoxos. Este colectivo no trabaja ni tiene más actividad que rezar, estudiar el Talmud y los libros sagrados, y perpetuar tradiciones y ritos milenarios. Con tan poco contacto con la vida cotidiana, es fácil imaginar el grado de alienación y lavado de cerebro que los interminables debates teológicos producen en estos estudiosos. Esta comunidad, como cualquier otro grupo integrista de cualquier otra religión, es una secta regida por normas ancestrales en la que la obediencia a los líderes religiosos es ciega. Sólo en este contexto puede entenderse que Rivka, el marido de la protagonista, tenga que plantearse el abandonarla por estéril según la antigua ley judía.

La situación que plantea la película es extrema y poco habitual según sus detractores, que acusan al director, Amos Gitai, de sensacionalista y de dar una visión estereotipada y superficial de la comunidad ultraortodoxa. Es difícil saber a quien creer, pero al margen de que ciertos detalles concretos sean realistas o exagerados, Kadosh plantea y muestra que una de las bases principales de la sociedad teocrática es la profunda represión del instinto sexual. Desde esta visión del mundo y del hombre, el sexo es algo bajo que sólo alcanza cierta dignidad cuando su fin es la procreación dentro del matrimonio religioso, y aún entonces dejarse llevar por el placer o la sensualidad se contempla como un pecado.

Esta idea va unida a la degradación de la mujer, cuya virtud se reduce a preservar su virginidad antes del matrimonio, a avergonzarse y ocultarse durante la menstruación, y a encargarse de todas las tareas cotidianas que de otra manera apartarían a su marido del estudio y el rezo, las actividades nobles que a ellas les están vetadas. Las dos hermanas protagonistas de la película tienen diferentes puntos de vista ante tal escasez de oportunidades: una de ellas, más convencional, intenta amoldarse a lo que se espera de ella pero le es imposible al no tener hijos, mientras que la otra, más rompedora, quiere vivir su sexualidad de manera libre con un hombre de fuera de la comunidad, pero esto le supone romper con todo el mundo que conoce, por lo que en un principio accede al matrimonio que le imponen.

Escenas destacadas:

  • Malka tiene que demostrar su virginidad delante de una matrona antes del matrimonio.
  • Cuando llega la noche de bodas, Yossef se coloca encima de su esposa. Le levanta el camisón sin llegar a desnudarla, y apenas la toca mientras reza y lleva a cabo de forma fría y clínica una de las penetraciones menos eróticas de la historia del cine.

Anécdotas:

  • El coguionista y algunos de los actores de la película son profundamente religiosos, a pesar de lo cual colaboraron en un proyecto muy criticado en Israel por dar una visión supuestamente tendenciosa y simplona de los ultraortodoxos.
  • Se presentó en el festival de cine de Cannes de 1999. En Francia tuvo un discreto éxito en taquilla, con 150.000 espectadores. Ha sido estrenada en muchos países, aunque España no está entre ellos: en nuestro país sólo puede verse en DVD, donde se ha editado junto con otras películas de Amos Gitai.

Sobre el director:

Nacido en 1950 en Haifa, Israel, Amos Gitai es el director más conocido de ese país internacionalmente. Como suele ocurrir en estos casos, sus películas tienen un gran éxito en los festivales de cine del extranjero, mientras que en Israel se le acusa precisamente de hacer un cine de postal con un tratamiento muy plano de los problemas de su país. Pocas de sus películas se han podido ver en España, siendo Zona libre la última de ellas. Por este motivo, es difícil saber si el sexo o la represión sexual son temas habituales en su cine; sí parece serlo el conflicto entre el sionismo y el mundo árabe en películas como Kippur, la ya mencionada Zona libre, o su capítulo para la pésima película de episodios 11 de septiembre.

Enlaces:

http://spanish.imdb.com/title/tt0189630/

http://www.fueradecampo.cl/paraver/ciclos/kadosh.htm

10 octubre 2006

Lunas de hiel: amor y sexo (auto)destructivos

Bitter moon. Francia – Reino Unido, 1992


Director: Roman Polanski

Guionistas: Gérard Brach, John Brownjohn y Roman Polanski

Intérpretes: Peter Coyote, Emmanuelle Seigner, Hugh Grant, Kristin Scott Thomas

Temáticas de interés: Obsesión, sadomasoquismo

Sinopsis:

Nigel y Fiona, un matrimonio inglés en crisis, emprenden una segunda luna de miel en un crucero para intentar reflotar su relación. Nigel entra en contacto con una extraña pareja, Oscar y Mimi. Ella le provoca, con el beneplácito de su marido al parecer. Este último busca la compañía de Nigel para contarle su torturada historia de amor con Mimi.

Comentario:

Roman Polanski, director amante de las relaciones turbias, lleva a cabo en Lunas de hiel un viaje desde los cielos hasta los infiernos de la vida en pareja. El primer encuentro de Oscar y Mimi cumple con todos los clichés románticos: un autobús de París, un escritor americano amante de la vida bohemia, un hombre que ve sus fantasías eróticas hacerse realidad en una jovencita, y una chica que a su vez ve satisfecho otro típico sueño, el de ser musa de un artista mayor que ella, al que puede idolatrar y que la hace sentirse protegida.

Este habría sido el final feliz de cualquier película; sin embargo aquí es sólo el comienzo. ¿Qué pasa después de que el chico y la chica se conocen y se van a vivir juntos, en teoría para siempre? Pues si el sueño no es más que eso, un sueño, y si ninguno de los dos está realmente enamorado de la otra persona, sino sólo de la fantasía romántica que han proyectado sobre ella, el espejismo acabará rompiéndose y el sueño volvíéndose pesadilla. Oscar ha tenido probablemente otras Mimis en su vida, y la realidad es que la actual es sólo una más de ellas: como muchos artistas, es inmaduro, egocéntrico, se siente fracasado, y se desprecia a sí mismo. Y nada más fácil que volcar ese desprecio en Mimi, que también tiene la autoestima a ras de suelo. Prototipo de mujer débil y víctima, prefiere la comodidad de ser el objeto de deseo de un hombre más mayor a una relación más equilibrada en la que tenga que tomar decisiones y enfrentarse a la vida.

Tras el breve período de felicidad inicial de la pareja, empieza el aburrimiento, que al principio tratan de subsanar con nuevas fantasías eróticas cada vez más peligrosas, como humillar al otro o flirtear con un tercero delante de los demás. Oscar, más racional, intenta por todos los medios cortar la relación antes de que lleguen a hacerse daño de verdad. Pero Mimi ya ha desarrollado una dependencia patológica y, sin mostrar ninguna dignidad ni respeto hacia sí misma, está dispuesta a todo con tal de seguir con él, aún sabiendo que la relación no se basará en el amor sino en la humillación y el desprecio mutuos. Tan falto de personalidad y de amor propio como ella, él acepta el juego autodestructivo y se divierte sometiéndola a todo tipo de vejaciones hasta llegar a la que para ella es la peor de todas: abandonarla.

En lugar de olvidarse por fin de él, ella volverá cuando él esté enfermo para continuar con su enfermiza relación, aunque ahora cambiando los roles, porque ella pasa a ser la déspota, y quitándose cualquier careta: ambos han dejado ya de engañarse a sí mismos y asumen su morbosa dependencia de este (auto)destructivo juego. Hacer daño al otro y al mismo tiempo a sí mismos es el objetivo de sus vidas.

Lunas de hiel dramatiza llevando hasta los extremos más bizarros un proceso degenerativo que, en mayor o menor medida, sí puede darse en algunas o en muchas parejas. Oscar y Mimi son un peligroso espejo de aviso para el otro matrimonio en crisis, Nigel y Fiona, aunque ellos, más civilizados y burgueses, probablemente nunca llegarán a cruzar ciertas barreras. No obstante, la película, y ese sea probablemente su principal fallo, profundiza muy poco en la relación entre ellos, resulta muy evidente que están ahí porque Oscar necesita un espectador a quien contar su historia. El mayor mérito de este interesante film, no obstante, es su condición de caramelo envenenado, puesto que cuenta una dura historia de degradación de forma amena y más bien propia de un cine de contenidos más superficiales.


Escenas destacadas:

  • Cuando comienza el hastío en su relación, Oscar y Mimi experimentan nuevas prácticas sexuales. Podemos ver como él se disfraza de cerdo y ella se viste de cuero con látigo incluido.
  • La puerta de estas nuevas fantasías es una lluvia dorada que no podemos ver, sólo escuchar de labios de Oscar.
  • Mimi visita a Oscar en el hospital, aparentemente para reconciliarse con él. Sin embargo lo ataca tirándolo de la cama y postrándolo irreversiblemente en una silla de ruedas.


Anécdotas:

  • España fue el país donde, en términos relativos, funcionó mejor la película económicamente. La acogida del público fue también razonablemente buena en Francia, más discreta en Alemania, y fría en el Reino Unido y Estados Unidos. En este último país, Polanski tiene una causa pendiente con la justicia por abusos a una menor, por lo que evidentemente no pudo hacer promoción del film.
  • La protagonista, Emmanuelle Seigner, es la esposa del director. Ya habían trabajado juntos en Frenético, y repetirían colaboración en La novena puerta.


Sobre el director:

Roman Polanski nace en París hijo de inmigrantes judíos polacos. Durante su infancia su familia vuelve a Polonia, donde el pequeño Roman vivirá la ocupación nazi, la persecución a los judios y el exterminio de su madre y varios miembros de su familia en los campos de concentración. Durante su juventud, la situación en su país, ocupado por los soviéticos, tampoco es muy halagüeña: su primera película, El cuchillo en el agua, resulta muy duramente acogida por el gobierno títere de Moscú, obligándole en la práctica a exiliarse en occidente, donde llevará a cabo sus siguientes obras. Toda su filmografía tiene un marcado tono morboso y voyeurístico, aunque esta sensualidad suele tener poco de complaciente. Los juegos fetichistas ambientados en escenarios aislados del exterior y con pocos personajes son habituales en su filmografía, con títulos como El cuchillo en el agua, Callejón sin salida, la presente Lunas de hiel o La muerte y la doncella.

Enlaces:

http://spanish.imdb.com/name/nm0000591/
http://spauld.blogspot.com/2005/08/ustedes-lo-han-querido-lunas-de-hiel.html
http://www.tiendacine.com/lunas_de_hiel~pelicula~3404.html