26 diciembre 2007

Encuesta sobre el amor: sexo oral

Comizi d'amore. Italia, 1965.

Director y guionista: Pier Paolo Pasolini

Sinopsis:

El director Pier Paolo Pasolini recorre la Italia de los sesenta micrófono en mano haciendo preguntas a la gente sobre sexo.

Comentario:

En este curioso y audaz documental, Pasolini hace preguntas sobre todos los campos de la sexualidad a personas de todas las edades y condiciones sociales. Niños, amas de casa, mujeres trabajadoras, ancianos, burgueses de la ciudad y campesinos hablan sobre la virginidad, la emancipación de la mujer, la prostitución o la homosexualidad. El director muestra las diferencias entre la Italia del norte y la del sur y la mayor libertad relativa de la que disfruta la mujer que trabaja en el norte respecto de la campesina siciliana, que no puede salir a la calle si no es acompañada de su padre o su hermano. Pasolini introduce también polémicas que hoy en día siguen vigentes, como la de la prostitución, y otras que afortunadamente ya han quedado trasnochadas, como si el divorcio, una novedad para la Italia de la época, debe o no ser legal; el entrevistador, lejos de la neutralidad, deja ver su punto de vista contrario a la legalización de los prostíbulos o favorable a la del divorcio. La homosexualidad masculina se ve como un gran tabú para todos los entrevistados y la femenina permanece invisible, no hay ni siquiera la menor referencia a ella; Pasolini es, a pesar de todo, pudoroso y no plantea abiertamente la cuestión del uso de anticonceptivos, limitándose a hablar en general de la libertad sexual, sobre todo para las mujeres, y sin olvidar que el sexo no es un mundo aparte y la libertad en ese campo está muy vinculada a la independencia económica y al disfrute de derechos en otros aspectos de la vida. Las preguntas a unos y otros se intercalan con opiniones y disertaciones de amigos intelectuales del director, el cual, fiel a sus ideas marxistas, no deja de atacar, de forma rotunda aunque no airada, el capitalismo y la moral burguesa.

Encuesta sobre el amor no pretende tener un valor riguroso ni estadístico, ni siquiera ofrece datos sobre las respuestas mayoritarias de los entrevistados. Además la mayor parte de ellos responden sin ninguna intimidad delante de su familia, amigos y una gran multitud de curiosos en una época en la que la gente estaría mucho menos acostumbrada a las cámaras. Esta informalidad no le quita, sobre todo una vez pasado el tiempo, un gran valor como testimonio de cómo se abordaba la cuestión erótica en los años 60, precisamente unos pocos años antes de la gran revolución sexual.



Escenas destacadas:
  • Una de las chicas entrevistadas explica su disgusto ante la idea hipotética de tener un hijo homosexual y su deseo de que sus hijos sean "normales" pidiendo la comprensión y empatía de Pasolini e ignorando sin duda la homosexualidad de éste.

Anécdotas:

  • El film no consiguió estrenarse en España en su día, probablemente por motivos de censura. Encuesta sobre el amor es el título que se le dio en algunos de sus pases en televisión.
  • Al parecer la idea del documental surgió cuando Pasolini recorría Italia en búsqueda de localizaciones y extras para su famosa adaptación del evangelio de San Mateo.


Sobre el director:

Pier Paolo Pasolini (Bolonia 1922 – Roma 1975) fue no sólo uno de los principales directores de cine italianos, sino un importante poeta, filólogo y personaje de la vida cultural de su país. Comienza su carrera en el cine con títulos influenciados por el neorrealismo, como Accatone (1961) y Mamma Roma (1962), para luego pasar a obras donde la denuncia social y la reivindicación marxista se llevan a cabo de forma más elaborada y más abstracta, como Pajaritos y pajarracos (1966) o Teorema (1968), películas que alterna con la adaptación de clásicos literarios, incluyendo el mismísimo Evangelio según San Mateo (1964), su obra más célebre. Gran polemista, la franqueza con la que hablaba tanto de sus ideas de izquierdas como de su homosexualidad lo convirtió en enemigo público número uno para los grupos conservadores italianos, hasta el punto de que se especula con la posibilidad de que alguna mano negra estuviera detrás de su asesinato, que conmocionó a la ya de por sí convulsionada Italia de los 70. El sexo se expone de forma naturalista, con gran vitalidad no exenta de cierta tosquedad, en su famosa trilogía de la vida, formada por El decamerón (1971), Los cuentos de Canterbury (1972) y Las mil y una noches (1974).

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17 diciembre 2007

Equus: pasión en la caballeriza

Equus. USA / Reino Unido, 1977.

Director: Sidney Lumet

Guionista: Peter Schaffer, que adapta su propia obra teatral.

Intérpretes: Richard Burton, Peter Firth

Temáticas de interés: represión, zoofilia

Sinopsis:

Martin, un psiquiatra, tiene que enfrentarse al extraño caso de un adolescente, Alan, que ha atacado salvajemente a un grupo de caballos dejándolos ciegos. El muchacho se muestra huraño y cerrado en sí mismo y el doctor tendrá que utilizar sus mejores artes para lograr que paso a paso empiece a contarle su historia. Antes de su agresión, el joven había desarrollado una afición un tanto enfermiza por los caballos en el borde de la zoofilia.

Comentario:

Equus se puede considerar una muestra del subgénero psiquiátrico, las películas sobre la relación entre doctor y paciente, o más bien como un cruce entre este estilo y el género policíaco. Como suele ocurrir en estos casos, el psiquiatra ejerce también como policía y como psicólogo, haciendo indagaciones y entrevistando (¿interrogando?) a parientes y amigos de su paciente para averiguar la causa del transtorno que le ha llevado a agredir a varios animales. Martin va ganándose a lo largo de varias sesiones de psicoterapia más propias de un psicoanalista que de un psiquiatra la confianza de Alan, que al principio se muestra rebelde y hermético. Como suele ocurrir en el cine, el guionista considera que el momento en que el paciente pueda expresar su trauma y hablar abiertamente de él ya estará curado, un planteamiento algo simple pero habitual.

Así es que paso a paso, como si se tratase de cualquier otra película policíaca de Sidney Lumet, vamos adentrándonos en el mundo opresivo de Alan y procurando entender el por qué de su rabia acumulada y su decisión de descargarla sobre los caballos. Desde el principio intuimos que el problema del muchacho es sexual: ha crecido en una familia religiosa y represora donde se le ha enseñado a ver el sexo como algo sucio y a sentirse culpable por su sexualidad y obsesionado porque considera que Dios lo está contemplando y juzgando a cada momento. Con un cierto paralelismo con los sacerdotes célibes y los miembros de grupos religiosos que desvían su sexualidad reprimida hacia los niños por mantener contacto habitualmente con ellos, la imposibilidad de Alan de mantener una relación sexual normal con una chica lo hace desarrollar una especie de idolatría hacia el caballo, hacia el que no sólo proyecta su erotismo desviándolo hacia la zoofilia, sino también su idea de la divinidad, por lo que sólo podrá sentirse liberado atacando a los caballos, que es su forma de rebelarse contra el Dios que lo está sometiendo.

La película realiza un acercamiento a la zoofilia muy inspirado en el psicoanálisis y las teorías de Freud sobre el objeto de deseo y su proyección, en este caso en los caballos. Probablemente este enfoque tan académico, aunque adecuado para una película por su potencial dramático, no tenga mucho que ver con la realidad. No resulta extraño, sin embargo, que un chico con gran amor por los caballos y que trabaja cerca de ellos empiece a desarrollar fantasías zoofílicas, ya que estas prácticas suelen llevarlas a cabo personas que se relacionan habitualmente con animales y que sienten cariño por éstos.




Escenas destacadas:
  • Cuando Alan se decide a entrar en un cine porno tras muchas dudas, se encuentra allí con su padre.
  • El joven se monta desnudo sobre uno de los caballos, con el que acabará intentando propasarse sexualmente.

Anécdotas:
  • La obra teatral volvió a ser representada en los escenarios de Londres durante 2007 dando mucho que hablar por el desnudo del actor protagonista, el joven Daniel Radcliffe, protagonista de las adaptaciones cinematográficas de Harry Potter.
  • La película obtuvo tres nominaciones a los Oscar: para Richard Burton como mejor actor, Peter Firth como mejor actor secundario y Peter Shaffer como mejor guión adaptado.
Sobre el director:

Sidney Lumet (Philadelphia, 1924) debuta en el cine con gran éxito en 1957 con Doce hombres sin piedad, su título más celebrado, con el que consigue el primer premio del festival de Berlín y una nominación a los Oscar. Desde entonces ha dirigido un enorme número de largometrajes de desigual calidad y tamaño de producción, desde aparatosas producciones de Hollywood a pequeñas películas británicas; aunque en esta abultada filmografía podamos encontrar todo tipo de géneros, el que predomina sin duda es el policíaco. El erotismo solamente aparece de refilón en algunos de sus títulos.

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24 noviembre 2007

American gigolo: prostitución de lujo

American gigolo. USA, 1980.

Director y guionista: Paul Schrader

Intérpretes: Richard Gere, Lauren Hutton

Temáticas de interés: prostitución

Sinopsis:

Julian es un gigolo elegante y sofisticado que ofrece sus servicios a mujeres adineradas; su vida se complica cuando se ve involucrado en un asesinato y no puede demostrar su inocencia: su coartada es una de sus clientas y ella no está interesada en declarar que estaba con él.

Comentario:

Frente a la imagen sórdida y vulnerable que solemos tener de las personas que se dedican a la prostitución, American gigolo resulta una excepción por dos motivos: centrarse en el sexo de pago de lujo y hablar de un hombre que se prostituye en lugar de una mujer. Como ocurre con el aborto, la prostitución es también un tema enormemente controvertido motivo de disputas entre los partidarios de su ilegalización y los de su regularización. Feministas y grupos conservadores movidos por causas religiosas coinciden en que prostituirse no puede considerarse un trabajo digno sino que se trata de una forma de esclavitud sexual de la mujer y de una violación pagada; para sostener este argumento necesitan ignorar el hecho de que existe un número no tan despreciable como suele decirse de hombres que se dedican a la prostitución (todavía mayor si incluimos en él a travestidos y transexuales), de que, aunque la prostitución masculina suele ir dirigida a hombres homosexuales existen también mujeres clientas de la prostitución, y por último que, aunque la mayoría de las prostitutas efectivamente son mujeres semiesclavizadas por mafias o por su adicción a las drogas que ejercen esta actividad en unas condiciones próximas a las de la trata de blancas del pasado, existe también, aunque sea minoritaria, una prostitución de lujo llevada a cabo de forma voluntaria por mujeres y hombres que podrían dedicarse a otro oficio pero que se ven tentados por el dinero fácil y las oportunidades de moverse de esta forma en un mundo de ostentación y personas influyentes, disfrutando de un nivel de vida que les estaría vetado en un trabajo convencional.

Paul Schrader, director y guionista de la película, elige centrarse en este último caso porque no le interesa hablar de la problemática social en torno a la prostitución, sino, como ocurre siempre en su cine, del drama particular de un personaje a la deriva que intenta salir de un círculo vicioso de materialismo y falta de valores morales. Educado en un severo ambiente puritano y calvinista, Schrader muestra en American gigolo, como en todas sus otras películas, una morbosa e insana fascinación por el pecado. Julian, el gigolo, vive una vida hedonista que gira en torno al culto al cuerpo, vestir la ropa adecuada y visitar los restaurantes y clubs más de moda; no ve nada degradante en su profesión y se enorgullece de su condición de objeto sexual de mujeres maduras: prefiero a las mujeres mayores. ¿Qué sentido tiene llevar a una adolescente al orgasmo? Una quinceañera que se pone cachonda viendo una película y va corriendo a casa a masturbarse. Cualquiera puede hacerlo.

Mientras en otros títulos de Schrader la evolución del personaje es más interior, esta se trata de una producción comercial de Hollywood, por lo que el conflicto se exterioriza a través de una trama criminal que va envolviendo a Julian y le hace sentirse incómodo en su vida frívola. El gigolo, que podría ser un pariente cercano del personaje de Marcello Mastroianni en La dolce vita, tendrá que pasar por un via crucis que le permita redimirse y salvarse.




Escenas destacadas:
  • Julian hace ejercicio en su habitación mientras aprende sueco para recibir a una de sus clientas. A continuación se viste con un traje de diseño; la vida del gigolo de lujo ha quedado perfectamente definida.
Anécdotas:
  • Se trata de una producción de Jerry Bruckheimer, uno de los ejecutivos que más éxitos le han dado a la industria americana de los últimos treinta años. Entre ellos Flashdance, Top Gun o Piratas del caribe.
  • Antes de Richard Gere, se barajaron otros nombres para el papel protagonista, como Christopher Reeve y John Travolta. Travolta dio marcha atrás en el último momento porque exigía tener control sobre el montaje final; no debe ser un actor fácil, ya que también Roman Polanski tuvo problemas con él en otro proyecto.
  • El éxito en taquilla fue considerable, 23 millones de dólares de recaudación en Estados Unidos, frente a un coste de producción de menos de 5.
  • El tema principal de la banda sonora, Call me, fue un importante éxito de ventas, el mayor del grupo de new wave Blondie en Estados Unidos. Estuvo también nominado al globo de oro a la mejor canción; fue el único reconocimiento logrado por el film, aparte de otra nominación a la mejor banda sonora para Giorgio Moroder, uno de los reyes del tecnopop y colaborador habitual tanto de Schrader como de Bruckheimer.
Sobre el director:

Paul Schrader nació en una pequeña localidad del estado de Michigan en 1946. Criado en una estricta comunidad religiosa calvinista, no se le permitió asistir al cine hasta que se fue de casa para estudiar en la universidad, donde abandonó su vocación anterior de ser sacerdote y se convirtió en cinéfilo y activista de izquierdas, lo cual le ocasionó un conflicto con sus creencias que se refleja en casi todas sus películas. Le gusta regodearse de una forma tan amarga como malsanamente morbosa en el pecado, la degradación y la posterior redención en su cine, tanto como guionista (siendo Taxi driver su más famoso guión), como cuando es también director (Hardcore, Posibilidad de escape, Aflicción). El sexo se aborda en su cine como algo corrupto, una parte más del proceso degenerativo que sufren sus personajes.

12 noviembre 2007

Max mi amor: el primate enamorado

Max mon amour. Francia / USA / Japón, 1986

Director: Nagisa Oshima

Guionistas: Nagisa Oshima y Jean-Claude Carrière

Intérpretes: Charlotte Rampling, Anthony Higgins

Temáticas de interés: zoofilia, amor libre

Sinopsis:

Peter, un diplomático británico destinado en Francia, ha contratado a unos detectives para que sigan a su mujer, Margaret, y averigüen la identidad de su nuevo amante. Los investigadores le informan de que Margaret pasa todas las tardes en un apartamento del que nunca han visto salir a nadie más; Peter se presenta allí para descubrir quién es ese enamorado que jamás sale de casa. Para su sorpresa, se encuentra al llegar allí con un chimpancé llamado Max.

Comentario:

Suele decirse que toda práctica sexual es respetable entre adultos que consienten libremente. Este dicho condena explícitamente la pederastia pero deja al margen de la cuestión el sexo con animales; entre humanos aceptamos que la libertad sexual es uno de los derechos de la persona, pero ¿puede decirse que un animal tiene libertad sexual? ¿La sexualidad animal va mas allá del puro instinto? ¿Es maltrato tener relaciones sexuales con un animal? ¿Podría ser más aceptable el sexo con unas especies que con otras? El concepto de que los animales tengan derechos es muy reciente; hace muy poco que en nuestro país se ha penalizado el maltrato animal per se, sin considerarlo como daños a la propiedad de otra persona. Hoy en día (si entre nuestros lectores hay alguien que sepa más del tema, que nos informe) el cine pornográfico zoofílico se mueve en un vacío legal: no está regulado pero tampoco prohibido, a diferencia de prácticas como las peleas de perros o gallos, que sí se consideran maltrato.

En cuanto al cine no porno, este tabú de la zoofilia ha sido abordado en algunas películas, como la sórdida Caniche de Bigas Luna, o en clave de humor en uno de los episodios de Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar de Woody Allen, pero sin duda Max mi amor brilla con luz propia en este peculiar subgénero por llevar a cabo un tratamiento del tema carente de morbo y de sensacionalismo, lo cual le confiere un marcado tono surreal. Paseando por el zoo, Margaret conoce a Max, un chimpancé, y un amor a primera vista surge entre ellos, o al menos Margaret está convencida de que es así. Los chimpancés son nuestros parientes más próximos: son muy inteligentes, capaces de entender el lenguaje, de dar respuestas elementales y de mostrar distintos estados de ánimo ante diferentes personas, en función del trato que reciben de ellas. Según los científicos, son tan inteligentes como un niño de corta edad; ¿Margaret delira o realmente Max está enamorado de ella? ¿Este amor es incorrecto en sí mismo o solamente resulta problemático debido a la reacción en contra de la sociedad?

Estas preguntas se las hace Peter, el comprensivo marido de Margaret, que representa el punto de vista de la lógica y del espectador, pero que a lo largo de la película va asumiendo como normal la relación entre la mujer y el chimpancé. Peter y Margaret son una pareja abierta que se quieren respetando la libertad del otro para tener aventuras y amantes, sin ocultarse, salvo el caso particular de Max, sus relaciones extramaritales. Para no perder a su mujer, Peter accede a que el chimpancé se instale en su casa; para ella y el hijo de la pareja, se convierte rápidamente en un miembro más de la familia. Peter no es tan tolerante al principio con esta relación y se muestra celoso al ver el vínculo tan especial que une a Max con Margaret: esta vez no se trata de una aventura sino de algo más profundo. La película, enormemente chocante por la naturalidad con la que se nos muestra esta situación, narra el proceso por el que Peter, y con él el espectador, acepta que su matrimonio se transforme en un menage à trois al margen de los prejuicios sociales y de las fronteras entre especies. Max mi amor viene a ser todo un alegato en contra de los convencionalismos y a favor de la libertad y la diversidad.


Escenas destacadas:
  • Max, el chimpancé, revela con sus ruidos su presencia a los invitados de Peter y Margaret, que se muestran curiosos por conocerle. Llevado a la mesa donde los humanos están cenando, Max empieza a mostrarse cariñoso con Margaret de una forma muy chocante para el resto de los presentes.
  • Intrigado por qué tipo de sexo tienen Max y su mujer, Peter contrata a una prostituta para que mantenga relaciones con el chimpancé. Sin embargo, Max la rechaza: sólo quiere a Margaret.

Anécdotas:
  • El coguionista, Jean-Claude Carrière, fue el colaborador habitual de Luis Buñuel en la mayor parte de sus películas. También el productor, Serge Silberman, solía trabajar con Buñuel, por lo que no es de extrañar el marcado tono surrealista de muchas secuencias del film.
  • La española Victoria Abril interpreta el papel de la sirvienta del matrimonio, a la que el simio le produce alergia.
  • Concursó en el festival de Cannes de 1986.
Sobre el director:

Nagisa Oshima (Kyoto, 1932 - ) es uno de los principales nombres del nuevo cine japonés que se desarrolló durante los años 60 y que, frente al humanismo de los clásicos del cine nipón, como Kurosawa, Ozu y Mizoguchi, analizaba las contradicciones del Japón posterior a la segunda guerra mundial. Oshima ha alternado proyectos en su país, no sólo en el cine sino también en la televisión, con producciones internacionales, como la que nos ocupa. Su film más conocido en occidente es El imperio de los sentidos (1976), que gira también en torno al sexo. Permanece retirado del cine desde el estreno de Tabú (1999).

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30 octubre 2007

Nip Tuck: psicodrama con cuerpos perfectos

Nip Tuck. USA, 2003-

Creadores: Ryan Murphy y Jennifer Salt
Intérpretes: Dylan Walsh, Julian McMahon, Joely Richardson, John Hensley, Roma Maffia
Temáticas de interés: promiscuidad, adulterio, prostitución, pornografía, lesbianismo, sexo en grupo, homosexualidad masculina, fetichismo, obsesión, transexualidad, sadomasoquismo, aborto

Sinopsis:

Sean McNamara y Christian Troy son dos cirujanos plásticos de éxito. Disfrutan de un gran nivel de vida y en la intimidad las cosas parecen irles igualmente bien: Sean es un padre de familia casado desde hace veinte años con Julia, con la que tiene dos hijos, mientras que Christian es uno de los solteros de oro de la ciudad. No obstante, por debajo de esa apariencia ideal se esconden una familia terriblemente disfuncional en un caso y una adicción al sexo que causa un gran vacío emocional en el otro. Las rocambolescas historias de sus pacientes encajan a la perfección con las retorcidas angustias de los doctores.

Comentario:

Nip Tuck gira en torno a la amistad de Sean y Christian, dos compañeros de trabajo que funcionan a la perfección como los dos estereotipos del hombre de éxito. El casado prudente, convencional y estable y el soltero promiscuo y frívolo. Pero ya en el primer capítulo vemos que la familia McNamara atraviesa graves problemas: Julia, la mujer de Sean, que renunció a su propia carrera como médico para facilitar que su marido llevara a cabo la suya, atraviesa una fuerte crisis de mediana edad, propiciada por su frustración profesional, por la muy conflictiva adolescencia de su malcriado hijo mayor, que le dirige tanto a ella como a su padre todo tipo de impertinencias y faltas de respeto, y por su inseguridad respecto al amor que siente por Sean. El matrimonio, unido por lazos de dependencia y por miedo a la soledad, vive en una guerra psicológica perpetua: él, como tantos maridos de un ama de casa, es incapaz de valerse por sí mismo en cualquier aspecto de la vida que no sea el profesional y necesita enfermizamente a una mujer que ya no puede ofrecerle mucho más que desprecio y rencor soterrados por haber visto sus alas cortadas. A lo largo de la serie se suceden los episodios en los que ella toma la decisión de abandonarle para desesperación de él, o al contrario, cuando es él quien empieza a valerse por sí mismo no puede sobreponerse al chantaje emocional que le produce la indefensión de ella.

¿Significa eso que la serie se declara contraria al matrimonio y los valores convencionales? Puede, pero, aunque Christian Troy sea sin duda el rey de la función, a la vida del soltero se le practica la misma radiografía cruda y amarga. Rico y enormemente seductor, Christian no tiene problemas en ligarse cada noche a la chica más guapa del bar, pero no puede evitar envidiar la estabilidad de su amigo. Educado en el catolicismo, su vida frívola le crea un sentimiento de culpa y de inferioridad por saberse incapaz de sentir amor. Se refugia por tanto en el trabajo, en el consumismo desaforado de artículos de lujo y en el despotismo con las mujeres, rozando o a veces traspasando la barrera del sadismo. La explicación a su misoginia tal vez se deba a que Christian siempre ha estado enamorado de Julia, la mujer de Sean, o tal vez del propio Sean, como le sugiere una psicoanalista en un capítulo, o tal vez a la mala imagen que tiene de sí mismo: prefiere abandonar rápido a sus conquistas, o forzar con su actitud que ellas lo abandonen al poco tiempo a que lo dejen igualmente más adelante, lo que sin duda cree que ocurrirá si alguna mujer consigue llegar a conocerle.

A primera vista Nip Tuck, que en cada capítulo se sumerge sin pudor de ningún tipo en los infiernos de estos personajes, parece un culebrón con la típica premisa argumental de estos productos: los ricos también lloran, es decir, conflictos sentimentales, conyugales y familiares desarrollados en escenarios lujosos. Pues sí, es eso, pero lleva este planteamiento lo más lejos a donde se haya llegado nunca en la historia de la pequeña pantalla, consiguiendo uno de los mejores retratos nunca vistos de un mundo frívolo, inhumano, ferozmente competitivo y donde la obsesión por la belleza y la perfección hace que los defectos no se admitan: deben ser borrados drásticamente mediante cirugía u ocultados hasta que las tensiones que generan hagan explotar la situación.

Lo sórdido y enloquecido de sus tramas evita que Nip Tuck tenga el mismo estatus de serie de culto que disfrutan otras producciones enormemente más vacías y superficiales pero que sí se empeñan en dar una apariencia de respetabilidad. No obstante, por detrás de su apariencia de serie B o subproducto, es una cumbre del psicodrama que habla acerca de la soledad, la culpa, la redención, la superficialidad, la incomunicación y todos los problemas del hombre urbano contemporáneo al mismo nivel que las obras de los directores de cine más importantes.

Escenas destacadas:

  • El doctor Troy opera a un par de hermanas gemelas para que dejen de parecerse y puedan desarrollar cada una su propia personalidad. Tras la operación, sin embargo, las gemelas echan de menos su vida compartida anterior; el doctor soluciona el problema compartiendo la cama con ambas a la vez.
  • Una paciente de McNamara & Troy descontenta con el trabajo de los doctores amenaza con denunciarlos en el programa de una periodista estrella de la telebasura. Christian se cita con la presentadora para intentar ganársela, y su forma de hacerlo es acostándose con ella. No será la última vez que el doctor Troy utilice el sexo a cambio de favores personales.
  • Kimber, actriz porno y una de las ex-amantes un tanto desequilibradas de Christian, recurre al doctor McNamara para que la muñeca hinchable que va a sacar al mercado tenga una réplica exacta de su vagina. McNamara guarda la muñeca en casa y una noche se sobrepasa con ella, lo cual agrada mucho a Kimber.
  • Matt, el hijo de Sean y Julia, está enamorado de una compañera del instituto lesbiana. Para acercarse a ella, accede protagonizar un trio con ella y con la chica que a ella le gusta.
Anécdotas:
  • El éxito de audiencia (dentro de los parámetros de la televisión por cable americana) fue inmediato desde la primera temporada, llegando a su tope en la tercera con la trama del asesino en serie el carnicero.
  • Su emisión, a pesar de realizarse en horario nocturno, ha despertado críticas de asociaciones de espectadores conservadores en EEUU, que han llegado a pedir su retirada.
  • En el año 2005 ganó el Globo de Oro a la mejor serie dramática, premio al que había sido finalista en la edición anterior. La serie cuenta también con varias nominaciones al Emmy, sobre todo en las categorías relacionadas con el maquillaje.
  • En España ha sido y es emitida en los canales autonómicos y las plataformas digitales, normalmente bajo el título A golpe de bisturí.

17 octubre 2007

Sigue soñando: El pícaro divorciado

Dream on. USA, 1990-96.

Creadores: John Landis, David Crane y Marta Kauffman

Intérpretes: Brian Benben, Wendie Malick, Dorien Wilson, Denny Dillon, Chris Demetral

Temáticas de interés: Promiscuidad

Sinopsis:

Tras su divorcio, Martin Tupper, un pequeño ejecutivo de una editorial, vive solo en un apartamento en Nueva York. Su ex-mujer, Judith, mantiene una buena relación con él pese a que tiene ya una nueva pareja estable. Además de intentar seguir ejerciendo de padre de un hijo preadolescente y de aguantar a su secretaria y su jefe, a Martin le resulta difícil aceptar la idea de que Judith tenga otra vida; no le cuesta conocer a chicas pero ninguna parece llenar el hueco dejado por su fracaso matrimonial.

Comentario:

Sex and the single father (el padre soltero y el sexo), el título de uno de los episodios de la serie, jugaba a parafrasear sex and the single girl, una película de los años 60 protagonizada por Natalie Wood que en España se llamó la pícara soltera. Sex and the single father hubiera sido también un nombre apropiado para esta telecomedia, un producto televisivo pionero por estar destinado a un público adulto y no familiar y por atreverse a mostrar sin tapujos ni recatos la vida de un divorciado con sus ligues, aventuras, éxitos y (más a menudo) fracasos amorosos. Rompiendo con la tradición televisiva de hablar solamente de padres y madres de familia, Martin Tupper era un estereotipo con el que podían identificarse muchos solteros, separados y divorciados de ambos sexos que viven solos y que representan un porcentaje cada vez más alto de la población de las grandes ciudades.

Martin no es ningún héroe ni ningún inocente; es joven, atractivo y tiene un buen trabajo, por lo que no le faltan las conquistas. Aunque supuestamente busca una pareja estable, rara vez pasa de una segunda o tercera cita con ninguna chica. La razón, de la que él es consciente a medias, es que sigue enamorado de su ex-mujer, Judith, y, aunque sea cada vez más evidente que nunca volverán a estar juntos, no consigue dejar de encontrarse bajo su influjo. A ello ayuda la estrecha amistad que siguen manteniendo Martin y Judith; incapaz de admitir una vida sin ella, Martin la mantiene como amiga; el hijo que ambos tienen en común es una perfecta excusa para pasar cada dos por tres por el piso de su ex o invitarla a ella al suyo. Él paga un alto precio (la soledad) por esta amistad, cuyo objetivo inconfesable es dejar el terreno abonado para que ella vuelva un día con él, por muy remota que sea esa posibilidad, y ella, aunque sea más reacia a esta relación tan estrecha con su ex, tampoco es del todo inocente: probablemente la complace el saber que tiene a dos hombres a sus pies, su actual y su antigua pareja.

Sigue soñando pone en tono de comedia esta situación de dependencia de la ex-pareja muy típica en los divorciados y separados. Martin es además especialmente propenso a esta condición desvalida por su carácter infantil, que se muestra por las películas antiguas que están en su cabeza constantemente; los títulos de crédito de cada capítulo nos lo muestran de pequeño viendo la televisión bajo la vigilancia de su madre; una elipsis cambia al Martin niño por el adulto, igualmente dormido frente al televisor. Esto, unido al título, Sigue soñando, nos anuncian que Martin es inmaduro, necesitado de una mujer con carácter que sustituya a su madre, y un tanto buenazo. Frente al éxito de su mejor amigo, Eddie Charles, típico tiburón que presenta un programa basura de éxito y que se liga a las chicas más espectaculares, y al nuevo marido de su ex, un médico Don Perfecto cuya beatitud tortura a Martin constantemente, el protagonista no consigue ascender en un trabajo probablemente inferior a su valía, en el que además no es capaz de imponerse a una secretaria descarada y a un jefe nuevo rico y hortera. Este continuo sentimiento de humillación se muestra de forma muy divertida mediante imágenes de películas antiguas de las que Martín veía de pequeño frente al televisor, y que actúan como una voz en off que nos introduce en lo que piensa y siente en cada momento.

Escenas destacadas:
  • Martin explica a su hijo de catorce años cómo se utiliza un preservativo. Para ello coge un plátano, lo pela y le pone un preservativo explicando cada detalle de forma muy didáctica.
  • Las escenas de sexo suelen representarse mediante insertos de películas antiguas con flores que se abren, fuentes o pozos de petróleo que manan en abundancia.
  • Tobby, la secretaria de Martin, tiene un sorprendente éxito con el cliente de una línea erótica que ha llamado a la oficina por error. Cuando Martin se da cuenta, la secretaria dirige un exitoso número de teléfono sadomasoquista.
Anécdotas:
  • John Landis, director de Un hombre lobo americano en Londres entre otras películas, tuvo la idea de aprovechar el abundante material de archivo del que disponía la compañía Universal en una comedia televisiva en la que se intercalarían estas imágenes del recuerdo en la trama de cada episodio.
  • Se trataba de una producción para televisión por cable, por lo que se permitían escenas de desnudo y un contenido más adulto de lo habitual en una telecomedia. Logró un éxito considerable como serie de culto con algunas nominaciones a los Emmy y se mantuvo a lo largo de seis temporadas.
  • En España fue emitida en abierto por Canal + durante los fines de semana. Por desgracia no está editada en DVD en nuestro país; las dos primeras temporadas pueden conseguirse importándolas desde países anglosajones o descargándolas desde Emule u otros programas peer to peer.

Enlaces:

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TV.com (inglés; incluye guía de episodios y fechas de emisión)

29 septiembre 2007

Un asunto de mujeres: abortos clandestinos

Une affaire de femmes. Francia, 1988.

Director: Claude Chabrol

Guionista: Claude Chabrol y Colo Tavernier, basándose en la novela de Francis Szpiner

Intérpretes: Isabelle Huppert, François Cluzet, Nils Tavernier, Marie Trintignant

Temáticas de interés: Aborto

Sinopsis:

En la Francia del régimen de Vichy, colaboracionista con el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, Marie ayuda a una de sus vecinas a realizar un aborto clandestino. Pronto se da cuenta del dinero que puede sacar dedicándose a esa actividad, inconsciente de los problemas que le puede acarrear con las nuevas autoridades del país.

Comentario:

La interrupción voluntaria del embarazo es uno de los temas más controvertidos que pueden existir y, por lo tanto, de los más difíciles de abordar por el cine. La mayor parte de las películas que lo han hecho han caído en el panfleto de escasa profundidad dramática, ya sea por parte del bando antiabortista, por lo general vinculado estrechamente al pensamiento religioso, con títulos como El derecho de nacer, o por los defensores de la libertad de la madre a elegir, donde tenemos un ejemplo relativamente reciente con El secreto de Vera Drake de Mike Leigh. En ambos casos los personajes que ayudan a la embarazada a abortar se muestran de forma terriblemente maniquea, o bien como malvados sin moral que sólo buscan el ánimo de lucro y que se complacen en destruir la familia y la sociedad, o bien como héroes con gran conciencia social que se ven perseguidos por fuerzas reaccionarias y represoras de moral hipócrita. La corrección política que impera en la actualidad prefiere evitar un tema que, se aborde como se aborde, siempre va a acabar molestando a unos o a otros, por lo que los tiempos en los que Liza Minnelli abortaba en Cabaret (1972) sin que su decisión fuera ensalzada, condenada ni subrayada en ningún sentido parecen muy lejanos.

Por lo tanto, tiene mucho mérito que Un asunto de mujeres sea de los pocos títulos que han puesto el tema sobre la mesa y lo hayan utilizado para plantear una historia muy rica dramáticamente en la que es difícil tomar partido. Resulta cínico que las autoridades filonazis del film consideren el aborto como un delito grave por ser un atentado contra la vida cuando ellos mandan a la gente a campos de exterminio a diestro y siniestro, un ejemplo extremo de la actitud de doble moral de muchos sectores sociales antiabortistas, que disfrazan de preocupación por la vida del feto lo que no es más que un afán de reprimir la libertad de las mujeres e imponer una rígida moral sexual. Pero por otro lado la comadrona que ayuda a las mujeres a llevar a cabo abortos clandestinos no es ninguna heroína feminista: contagiada de la miseria moral que reina en la Francia colaboracionista, se aprovecha de la situación para lucrarse a costa del drama de muchas mujeres que sufren embarazos no deseados. El personaje no es ningún monstruo y probablemente en otras circunstancias se habría comportado de otra manera, pero está claro que, aunque sea finalmente capturada y condenada por los nazis, la condición de víctima en la historia está reservada a aquéllas que tienen que llevar a cabo sus abortos de forma clandestina, sin la atención sanitaria adecuada y a expensas de usureros que sacan partido de su situación. Tampoco hay, por otra parte, otro verdugo además de la época histórica en la que transcurre la acción. En esta película tan poco complaciente, tal vez donde más se deje translucir la opción ideológica del director sea en la elección del título: la interrupción del embarazo es, efectivamente, un asunto de mujeres en el que cada embarazada debe tomar su propia decisión con la atención y la información adecuadas.

Escenas destacadas:
  • Una de las clientas de Marie le habla de su situación desesperada. Intenta sacar adelante a sus muchos hijos, a los que se ve incapaz de amar, y no puede soportar la idea de tener otro más. Marie escucha este testimonio con su habitual e inconsciente tranquilidad.

Anécdotas:

  • El film se inspira en la historia real de Marie-Louise Giraud, la última mujer condenada a muerte en Francia en 1942 bajo el régimen de Pétain.
  • Se trata de la segunda de las siete ocasiones en las que hasta ahora han trabajado juntos el director Claude Chabrol y la actriz Isabelle Huppert.

Sobre el director:

Claude Chabrol nace en París en 1930. Junto con François Truffaut, Jean-Luc Godard, Eric Rohmer y Alain Resnais, forma parte de la llamada nouvelle vague que va a revolucionar el celuloide francés de finales de los 60 y que sentará las bases del cine moderno en todo el mundo. Dentro de esta corriente, Chabrol llevará a cabo un muy particular cine negro especializado en diseccionar las neurosis y los conflictos personales y familiares de pequeñoburgueses que viven en ciudades de provincias, inspirándose muchas veces en historias que lee en la sección de sucesos de los periódicos. El sexo y el erotismo un tanto malsanos forman parte de los secretos que suelen esconder sus personajes.

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El criticón

DVDGo

13 septiembre 2007

Vestida para matar: el sexo y la muerte

Dressed to kill. USA, 1980.

Director y guionista: Brian de Palma

Intérpretes: Michael Cane, Angie Dickinson, Nancy Allen

Temáticas de interés: crimen sexual, transexualidad, promiscuidad

Sinopsis:

El psiquiatra Robert Elliott está inquieto ante el estado mental de uno de sus pacientes, un transexual que le presiona para que autorice su operación de cambio de sexo, con la que el doctor no está de acuerdo. El perturbado, vestido de mujer, persigue y mata a Kate Miller, otra de las pacientes de Elliott, y a continuación comienza a acosar a una prostituta testigo presencial del crimen.

Comentario:

Cuando hablamos de Instinto básico o de Atracción fatal, ya comentamos que es típico en el cine comercial asociar sexo con peligro, y de hecho esta entrada podría haber llevado muy fácilmente el mismo título que tiene la de Atracción fatal: los peligros de una cana al aire. Vestida para matar es, además, una traducción no muy exacta de dressed to kill, una expresión inglesa que quiere decir vestida para seducir, vestida de forma muy provocativa, pero que en este caso juega también con el sentido literal de vestida para matar, asociando íntimamente sexo y muerte, eros y tanatos, como dirían los psicoanalistas. Se ha hablado ya muchas veces, con bastante razón, de que el cine de terror tradicionalmente condena a muerte a los jóvenes que tienen relaciones sexuales y mantiene vivas a chicas inocentes que todavía conservan su virginidad, esquema que resulta muy evidente en Halloween y sus imitaciones tipo Viernes 13. Son innumerables las películas en las que aceptar la invitación de un(a) atractivo(a) desconocido(a) tiene por resultado la muerte del imprudente que se deja seducir, idea con la que jugaba de forma muy inteligente el film Suavemente me mata. Hasta me atrevería a decir que el temor que sienten muchas personas a la hora de quedar en persona con alguien que han conocido a través de Internet se fundamenta en buena parte en la cantidad de películas y telefilms que todos hemos visto en los que este tipo de citas a ciegas acaban muy mal. El género del thriller erótico vendría a funcionar en general, por tanto, como una especie de versión moderna del relato bíblico de Sodoma y Gomorra, historias moralizantes que nos recuerdan que el pecado sexual tiene su castigo.

Vestida para matar va incluso un poco más lejos: el policía que tiene que investigar el asesinato del personaje de Angie Dickinson llega a decir que la víctima iba buscando la muerte. Sexualmente insatisfecha, esta mujer muestra un comportamiento provocativo desde la primera escena en la que aparece, en la que intenta seducir descaradamente a su psiquiatra para a continuación flirtear con un desconocido con el que se cruza en un museo. Esta actitud pecaminosa supone en efecto buscarse la muerte según los parámetros habituales del cine comercial, más aún en una mujer y todavía más si está casada. Así pues, la película mantiene al mismo tiempo una fascinación morbosa por el sexo, como se muestra en la escena en la que este personaje está en la ducha y la cámara recorre su cuerpo con enorme voluptuosidad, y un terror hacia él, ambivalencia típica de la represión sexual, sobre todo en personas con una marcada educación religiosa, católica especialmente, como es el caso del director Brian de Palma.

Esta mirada apocalíptica pero enfermizamente fascinada en temas sexuales se acentúa aún más al enfrentarse con las sexualidades más heterodoxas, en este caso la transexualidad. Conforme avanza el film descubriremos que la asesina es el paciente transexual del psiquiatra, un perturbado peligroso. La televisión da la noticia de una operación de cambio de sexo con unos tintes un tanto sensacionalistas, reforzando la asociación entre transexualidad y enfermedad mental.

Pero todo esto no quiere decir que Vestida para matar sea un film simplón ni de intención moralista. Todo lo contrario, la estructura y la puesta en escena enloquecidas del film, que como suele ocurrir en el cine de su director, dan una vuelta de tuerca tras otra al cine ya en sí retorcido de Hitchcock, elimina cualquier posibilidad de una lectura unidireccional. De hecho, si se tratara de un relato reaccionario canónico, tendría que haber acabado necesariamente con la muerte de la otra protagonista femenina, una prostituta. Las ideas respecto a la sexualidad que planean sobre la película son más bien contradictorias, reflejando probablemente la confusión del director y guionista.

Escenas destacadas:
  • Kate Miller escribe una nota de despedida para su amante ocasional; buscando un papel para escribir encuentra un informe médico que le revela que el hombre tiene una enfermedad venérea. Kate sale del apartamento en estado de shock; en el ascensor se encuentra con una misteriosa rubia con gafas de sol que la ataca con una navaja de afeitar.

Anécdotas:

  • La intención del director era dirigir A la caza, sobre un asesino que actúa en los ambientes gays de Nueva York. Cuando el proyecto acabó en manos de William Friedkin, De Palma adaptó el guión que tenía escrito convirtiéndolo en una historia heterosexual.
  • El personaje de la prostituta acosada por el asesino transexual lo interpreta Nancy Allen, por entonces esposa del director y guionista. En una época donde el feminismo tenía aún mucho poder y auge, De Palma sufrió muchas críticas por ofrecerle a su mujer semejante papel.
  • El éxito del film en taquilla fue enorme: la recaudación americana quintuplicó la inversión realizada en el film, mientras que en España más de 800.000 espectadores acudieron a verla. Entre los críticos hubo mayor divisón de opiniones, con un fuerte rechazo entre ciertos sectores derechistas que propició que tanto Brian de Palma como Michael Caine y Nancy Allen fueran nominados a los cobardes y reacionarios premios razzie a los peores films del año.
Sobre el director:

Brian de Palma nace en Nueva Jersey en 1940; durante los años 60 comienza a interesarse por el cine y a llevar a cabo películas experimentales. Su fascinación por el terror le lleva a un registro más comercial consiguiendo su primer éxito con Hermanas en 1973. Sus angustiosas, retorcidas y rocambolescas historias, puestas en imágenes de forma extremadamente barroca y manierista, llaman la atención a la crítica y la desorientan al mismo tiempo, mientras los fans del terror acogen a De Palma como uno de los nuevos maestros del género. Los traumas sexuales están muy vinculados a la muerte en su cine, en el que lo relativo al sexo se suele mostrar de una forma enfermiza. Vestida para matar es una de sus obras más importantes y características.

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El criticón


Pasadizo

23 agosto 2007

La calumnia: Mujer contra mujer

The children's hour. USA, 1961.

Director: William Wyler

Guionista: John Michael Hayes basándose en la obra teatral de Lillian Hellman

Intérpretes: Audrey Hepburn, Shirley MacLaine, James Garner

Temáticas de interés: lesbianismo, represión

Sinopsis:

Karen y Martha dirigen un colegio privado para chicas en una pequeña localidad. Cuando una de sus alumnas más díscolas es castigada, la niña como venganza extiende el rumor de que existe una relación amorosa entre las dos amigas.

Comentario:

El llamado código Hays de censura que condicionó toda la producción hollywoodiense durante más de treinta años prohibía cualquier referencia a la homosexualidad. No es que hubiera que mostrarla como algo malo, es que debía ser invisible, no podía existir. Ya vimos los conflictos a los que esto dio origen en las adaptaciones de obras teatrales que en el escenario se veían con normalidad y sin problemas de censura, como La gata sobre el tejado de zinc. Desde comienzos de los años 60, sin embargo, el código se veía como algo cada vez más anquilosado y los directores empezaban a desafiarlo. Uno de ellos fue William Wyler, el cual se atrevió a poner sobre la mesa la historia de dos profesoras acusadas de lesbianismo, algo no sólo mal visto en la época en la que está ambientada la historia (los años 30) sino también ilegal.

La acusación arruina la vida de las dos mujeres; los padres retiran en masa a las hijas del colegio regentado por las dos presuntas lesbianas, guiados por los típicos prejuicios homófobos de relacionar homosexualidad con pederastia y pensar que la orientación sexual de un niño o un adolescente puede alterarse si está bajo la tutela de personas homosexuales. El film denuncia la cerrazón y lo opresivo de la comunidad en la que viven las dos mujeres y el daño que pueden llegar a causar los rumores. Pero al mismo tiempo parece dar también la razón en parte a quien afirma que suele haber algo de verdad detrás de las habladurías.

En efecto, los cotilleos malsanos llevan a Martha, una de las dos mujeres, a plantearse la importancia en su vida de su estrecha relación con su amiga. Mientras que un hombre se puede dar cuenta más fácilmente de su falta de interés por el sexo opuesto, ésto es más difícil para las mujeres por el cliché de que a ellas no les interesa el sexo en sí sino sólo la parte afectiva y emocional de una relación: si no tienen una auténtica sexualidad no pueden ser homosexuales. Esta invisibilidad del lesbianismo hace muy verosímil el personaje reprimido de Martha, una mujer que rehuye a los hombres y vive unida afectivamente a otra mujer sin ser consciente de la verdadera magnitud de sus sentimientos hacia ella. No menos interesante es el personaje de Karen, supuestamente heterosexual pero cuya inocencia lleva a plantearse si realmente no ve o si más bien no quiere ver que Martha está enamorada de ella.

Atreverse a plantear estos espinosos temas ya le vale de por sí a La calumnia la clasificación de obra valiente y arriesgada, aún cuando el tratamiento del tema esté muy lastrado por las ideas homófobas del pasado: como en De repente el último verano y otros títulos de esa época, la homosexualidad se ve como una monstruosidad imposible de afrontar cuya única solución es la muerte. Todavía podemos ver restos de esta visión de las cosas en películas no muy antiguas, puesto que el cine políticamente correcto de hoy en día sigue relegando a sus personajes homosexuales a un puesto secundario y castigándolos para que puedan contar con la simpatía del público: en Cuatro bodas y un funeral uno de los miembros de la pareja gay moría, mientras que en Mejor imposible el típico amigo amanerado de la chica sufría una paliza.

SPOILER: teniendo en cuenta esto es fácil comprender que un final en el que Martha al descubrir su auténtico yo lo asumiese y se marchara a hacer su vida a la ciudad no habría sido aceptable en una película de esta época, siendo el suicidio su única salida. Lo más enigmático es qué ocurre tras este final con el personaje de Karen, si vivirá una vida normal con su novio y futuro marido, o si la muerte de su amiga le hará caer en la cuenta de su propia homosexualidad. Curiosamente, La gata sobre el tejado de zinc comienza donde acaba La calumnia (aunque con dos chicos en lugar de dos chicas), con el suicidio del amante platónico y lo que ocurre después.

Escenas destacadas:
  • Unos niños se acercan al colegio para burlarse de las supuestas lesbianas. Martha sale a la puerta enfrentándose con ellos a gritos de He aquí el monstruo.
Anécdotas:
  • William Wyler había dirigido en 1936 Esos tres, adaptación de la misma obra teatral en la que se inspira La calumnia, por lo que se puede decir que hizo un remake de su propia película. Por razones de censura, Esos tres había eludido cualquier referencia a la homosexualidad y había convertido la historia en un triángulo amoroso convencional. La calumnia, en cambio, es fiel al contenido de la pieza teatral original.
  • No tuvo un gran éxito de taquilla, pero sí buena acogida por parte de la prensa y la industria, que se reflejó en cinco nominaciones al Oscar en categorías menores.
  • Se dice que en el montaje Wyler recortó varias escenas que hacían más explícita la sexualidad de Martha para evitar conflictos mayores con la censura.

Sobre el director:

William Wyler (Mulhousen, Alsacia, 1902 - Los Angeles, 1981) es uno de los grandes maestros del Hollywood clásico. Entró a trabajar en la compañía Universal en los tiempos del cine mudo y pronto se convierte en uno de los directores más prestigiosos del estudio y mejor adaptado al prolífico sistema de producción de aquellos tiempos, llegando a dirigir más de 60 películas. Tiene el record de nominaciones al Oscar al mejor director con doce, de las cuales se llevó al gato al agua en tres ocasiones: con La señora Miniver (1942), Los mejores años de nuestra vida (1946) y Ben-Hur (1959). Pero tal vez las películas más importantes de su filmografía sean Cumbres borrascosas (1939), La loba (1941) y El coleccionista (1965).

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Mundo DVD

04 agosto 2007

Buscando a Susan desesperadamente: Madame Bovary conoce a Madonna

Desperately seeking Susan. USA, 1985.

Directora: Susan Seidelman

Guionista: Leora Barish

Intérpretes: Rosanna Arquette, Madonna, Aidan Quinn

Temáticas de interés: Liberación sexual

Sinopsis:

Roberta es una joven ama de casa burguesa que compensa la falta de emociones en su vida inventando fantasías a partir de los anuncios por palabras del periódico. El texto de uno de ellos, buscando a Susan desesperadamente, le llama la atención hasta el punto de acudir al lugar en que su autor ha convocado la cita para conocer, aunque sea de lejos, a Susan y a quien la busca. Fascinada por la apariencia y el modo libre de vivir de Susan, una buscavidas, Roberta empieza a seguirla y vestirse como ella. Cuando un golpe accidental en la cabeza la deja amnésica, Roberta es tomada por Susan y asimila su identidad y su modo de vida.

Comentario:

Roberta es una Madame Bovary moderna. Su vida se reduce a ser la esposa sumisa de un pequeño empresario y su vía de escape consiste en buscar en los anuncios del periódico indicios de existencias que parecen más interesantes que la suya. Cuando conoce a Susan, su pequeño mundo burgués se desestabiliza: la joven vagabunda pasa a ser su modelo; aunque no se atreve a imitar su estilo de vida, Roberta, que evidentemente necesita un cambio, copia su ropa y su imagen. La ocasión de llegar más allá se produce cuando la amnesia le posibilita empezar de nuevo: entonces aprovecha la oportunidad para encontrar su auténtico yo, convertirse en Susan y vivir como siempre había soñado.

La película adopta la estructura de una ingeniosa comedia romántica de enredo respetando la forma pero subvirtiendo el contenido del género: en vez de presentar, como en el cine clásico, la pareja burguesa y el matrimonio como los objetivos buscados por por la protagonista, Roberta parte de esa situación para buscar una liberación personal y sexual que la llevará a encontrar el amor pero sólo tras divorciarse y romper con la estabilidad y la seguridad que, según los cánones sexistas del cine romántico, son el sueño de toda mujer. Susan, la devoradora de hombres que lleva una vida disipada y es tan experta en meterse en líos como en salir hábilmente de ellos, se presenta como un modelo a seguir en contra de los roles habituales en el cine de género, que sólo toleran ese comportamiento en los varones. El contenido feminista del guión es rotundo pero no por ello airado sino al contrario: la película se impregna del hedonismo y la jovialidad de la new wave de moda en la época y, lejos de presentar a las mujeres como víctimas, las muestra muy capaces de tomar las riendas de su destino e incluso de cambiarlo con la colaboración de hombres que no tienen por qué ser sus enemigos. La época del feminismo radical ya ha pasado y se nota la tendencia al individualismo de los años 80: la transformación de Roberta está en manos de ella misma: en lugar de esperar que llegue la gran revolución, mejor que cada uno emprenda su propia pequeña revolución personal.

Es interesante además comentar el estrecho vínculo que une al personaje de Susan, encarnado por Madonna, por entonces una promesa emergente de la música pop, con el estereotipo que la propia Madonna representó para la juventud en esa época. Igual que Roberta en la película, millones de adolescentes y mujeres jóvenes, primero de EEUU y poco después del resto del mundo, vieron en la nueva estrella un modelo de libertad y desinhibición sexual que, lejos de limitarse a ser un juguete erótico diseñado por hombres como han sido y siguen siendo la inmensa mayoría de cantantes pop, colabora en la composición de sus discos y toma todas las decisiones respecto a su carrera profesional. Desde entonces y hasta ahora, Madonna, pese a fascinar a un enorme número de fans, ha sido vilipendiada desde posturas machistas por atreverse a mostrarse ambiciosa, subversivamente dueña de su cuerpo y orgullosa de él, cualidades que se consideran virtudes en los hombres pero imperdonables en las mujeres, en lugar de aceptar el rol sumiso y cómodo para el público masculino que se espera de una artista que aspira a ser mayoritaria. Pero las feministas y los grupos supuestamente liberales han sido tal vez todavía más feroces al atacarla por sacar provecho de la seducción y las armas de mujer tradicionales para conseguir triunfar, dejando como única posibilidad para una fémina que aspire a ser digna de respeto el modelo Patty Smith, es decir, la falta absoluta de erotismo y la renuncia al éxito multitudinario; curiosamente los carcas y los supuestamente progresistas acaban opinando igual, la mujer debe permanecer en un segundo plano, la que triunfa no lo hace por su talento ni por su inteligencia sino sólo por venderse y prostituirse. Madonna, Susan Seidelman, directora del film, y las muchas chicas y mujeres que han visto en Susan / Madonna un referente tal vez ambiguo pero mucho más interesante que los juguetes eróticos vacíos que vemos una y otra vez en la MTV, parecen ver las cosas de otra manera.


Escenas destacadas:
  • Roberta sigue a Susan hasta una tienda de ropa en la que cambia su cazadora por otra, diciéndole con descaro al vendedor que la prenda pertenecía a Jimmy Hendrix. Siguiendo un impulso, Roberta entra en la tienda y la compra; será el primer paso para su transformación en Susan.
  • Susan se liga en un bar new wave a Gary, el marido de Roberta. Se dirigen a casa de él y se fuman un porro.
  • Cuando Gary, el marido de Roberta, se encuentra con su mujer, detenida por prostitución, alguien de su entorno le informa de un curioso data estadístico según el cual la mayoría de las prostitutas son lesbianas.
Anécdotas:
  • La película fue producida por Orion Pictures, una pequeña productora responsable de varios de los títulos más interesantes del cine americano de los años 80 y primeros 90, entre ellos El silencio de los corderos. Lamentablemente, Orion acabó absorbida por una multinacional
  • Aunque parezca irónico, Madonna fue seleccionada para el papel por decisión de la directora, que quería recurrir a a actores desconocidos para mantener el proyecto dentro de un presupuesto bajo y disponer de mayor libertad. Durante la postproducción del film, sin embargo, Madonna se convirtió con su segundo album, Like a virgin, en uno de los personajes más célebres del mundo, convirtiendo el estreno de la película en un acontecimiento.
  • La película tuvo un gran éxito de taquilla, con una recaudación que quintuplicó su presupuesto. También las críticas fueron excelentes, siendo la interpretación de Rosanna Arquette el elemento más destacado por los periodistas.
  • En estos momentos se prepara en Londres un musical inspirado en la película. Las canciones no serán de Madonna, sino curiosamente de Deborah Harry, líder del grupo Blondie y evidente influencia sobre la música y estética de Madonna en sus primeros años.
Sobre la directora:

Susan Seidelman (Philadelphia 1952- ) llama la atención de la crítica con su opera prima, Smithereens, en 1982. Su segunda película, Buscando a Susan desesperadamente, la convierte en uno de los nombres más prometedores del cine independiente norteamericano de los años 80. Su siguiente y esperado trabajo, Fabricando al hombre perfecto (1987), resulta un pinchazo a partir del cual la directora nunca ha conseguido reflotar su carrera, que durante la siguiente década orientaría cada vez más hacia la televisión. La liberación personal y sexual de mujeres que no quieren seguir modelos de conducta tradicionales es el eje de casi toda su filmografía.

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